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Carta de lectores - De Halloween y otras fiestas

Como todos los años, desde hace algún tiempo, en la Villa se festeja Halloween bajo el lema de “el día de la calabaza”. Está impulsada por el café Cachavacha y con el apoyo de muchísimos comercios y cooperativas que colaboran a la hora de los premios.

Desde hace unos dos años me arriesgaría a decir la fiesta se ha vuelto hermosa y verdaderamente popular. Por unas horas desfilan por las calles céntricas cientos de personas o...algo así...ya que están disfrazadas de lo más variado: todo tipo de brujas, hadas, monstruos, momias, sirenas, conejos, pelícano, calabazas, duendes, esqueletos y la lista podría seguir y seguir de manera interminable. No solo son niños, alguno que otro adulto se anima como yo a estar disfrazados desde las primeras horas de la noche.

Pero, simultáneamente siempre hay un grupo de gente que se opone y muy enérgicamente. En esta última Halloween había un puesto un poco alejado del tumulto donde personas repartían folletos. En ellos se leían la más ferviente oposición a la fiesta por considerarla de origen satánico. Había una frase que decía algo así como que quien se disfraza corre el riesgo de bailar con el diablo. También alegaba que era una imposición de algo extranjero, de una aculturación o dominación cultural.

Yo me quedé atontado cuando lo leí. Yo, que estaba disfrazado y no salía de mi asombro. Por ello me decidí a escribir esta carta.

Yo confieso no soy religioso practicante, pero sí creo en Dios. Tengo amigos que son ateos, otros que van a la Iglesia, en fin, tengo gente amiga de todo tipo. Pero esto me molestó de sobremanera.

¿Cuál es el problema que otros se diviertan sin hacer mal a nadie? ¿Por qué no respetar las decisiones de los otros?

Mis amigos ateos están súper convencidos de la inexistencia de Dios, pero jamás se les ocurriría poner una mesa delante de la iglesia y repartir folletos en contra.

Esta gente dice que es aculturación pero quienes repartían los volantes tenían celular y zapatillas de marca extranjera. Es la típica hipocresía.

¿Qué es comercial? ¿acaso no lo son el día de la madre, del amigo, Navidad, año nuevo, pascuas? Todas las fiestas sean o no religiosas, son comerciales ¿o no?

¿Qué es extranjera? A mí me encanta festejar lo de otros pueblos y culturas, por eso voy a Copacabana, a la fiesta de Caacupe, a la de los alemanes, a san Patricio...Son extranjeras como extranjeros somos la mayoría de nosotros.

En fin, como quiero que me publiquen la carta no la voy a hacer larga. A mí me encanta disfrazarme; lo disfruto como niño, me parece que es algo que está en nuestro instinto animal: disfrazarse para ser por un rato no-nosotros-mismos, jugar a no reconocernos.

Yo creo que se puede festejar sin recurrir a lo comercial: una sábana vieja, un corcho quemado y les juego a que no me reconocen!

Yo fui felíz y mis hijos también se divirtieron de una manera tan sana! Y estoy seguro que por ello no van a ser malas personas. Sin embargo sí considero que son malas personas quienes no respetan a los demás, discriminan, acusan y se consideran el mismo Dios para emitir juicios. Yo tengo miedo de esta gente y no a los fantasmas. Tengo miedo de ellos porque en otro momento de la historia fueron este mismo tipo de gente quien quemaba en la hoguera a la “brujas” en nombre de Dios.

¡Viva las fiestas populares! ¡Viva la alegría sana! ¡Vivan los que se disfrazan de monstruos y brujas y que en la vida real no lo son!