miércoles

La Solución en Pastilla



El Pensadero indagó sobre un tema cotidiano, la automedicación y para ello dialogó con el doctor en pediatría Daniel Arbizu.

Si uno se sienta a ver la televisión, pareciera que existen todas las respuestas y éstas vienen en forma de pequeñas pastillas: blancas, mixtas, grandes, pequeñitas. La verdadera solución, en pastilla. Para la caída del pelo, para broncearse, para bajar de peso, para el dolor de cabeza, de panza, muscular, para el fortalecimiento de las uñas, complejos vitamínicos, para elevar la estructura muscular, para dormir, para despertarse.

Claro las publicidades, lo muestran continuamente, la solución es sencilla, casi no tenés que consultar a nadie, se toma esa pastillita y listo, conseguís algo que según se ve se asemeja bastante a la felicidad.

Pero ¿hay riesgos en la automedicación? A El Pensadero le interesaba este tema en esta época moderna donde no hay tiempo para esperar resultados, los efectos tienen que ser rápidos, ya. Donde lo importante es estar bien, verse bien, dejar los problemas para más adelante.

Para realizar esta nota El Pensadero dialogó con el médico pediatra Daniel Arbizu.

Primero tendríamos que decir que automedicación es consumir una droga sin una indicación o criterio médico, aún de las denominadas de venta libre. El porcentaje de medicamentos de venta libre, es decir sin prescripción, sin receta médica es relativamente bajo. Sin embargo, aún los medicamentos de venta libre, pueden provocar perjuicios a la salud si no son controlados.

La famosa aspirina

La aspirina fue talvez el primer indicador de lo que fue la automedicación. Según nos dice Arbizu la aspirina, ácido acetil salicílico, fue una droga de venta libre siempre. De hecho una de las primeras automedicaciones que existieron fue justamente la aspirina, la bayaspirina, la cafiaspirina y en pediatría la aspirineta, todas drogas con ácido acetil salicílico.“Porque antes esa medicación se usaba a modo mágico.” dice el doctor “Si el chiquito estaba nervioso se le daba una aspirineta, si estaba decaído una aspirineta, después del baño para que no le agarre un resfrío se le daba una aspirineta. Cualquier motivo justificaba la medicación. Y eso se dio hasta hace unos años, cuando desde el punto de vista médico se empezó a tratar de controlar. No es fácil porque los medios publicitarios incentivan, todo por una cuestión de dinero. Las campañas publicitarias se hacen simplemente porque hay una ganancia detrás. Y hace que una empresa monstruo como era Bayer ponga tanto y la publicidad salga al aire. ¿Cómo parabas vos una inducción que era directa, ni siquiera subliminal? Una información que vos la recibías y la hacías. Por ahí el médico podía decir ‘eso no se hace’, pero la información era muy intensa por los medios y la creencia popular ya era parte de esa indicación, formaba parte de la cultura. Entonces la persona decía ‘claro el médico lo dice porque lo tiene que decir’ y lo daban igual.

Pero el problema pasa por la cantidad de dinero que hay detrás de eso que es imparable. Hasta que el Estado se moviliza consciente y responsablemente pasan años; porque el Estado es una tortuga moviéndose: por las burocracias, para realizar los dictámenes, en fin...”

¿La automedicación de algo tan popular como la aspirina puede traer consecuencias negativas?

“Sí. Empieza a tomarse conciencia cuando desde la medicina se advierte que un síndrome gripal producido por el virus influenza, que es el virus de la gripe, asociado a la ingesta al ácido acetil salicílico, que es la aspirina, produce una enfermedad llamada sindrome de reyé. Y que esa enfermedad producía una disfunción hepato-renal. Alteraba las funciones del hígado y el riñón. Que podía ser reversible, pero que tenía un índice de mortalidad altísimo, el cuarenta por ciento. Es muy infrecuente, pero cuando se da el peligro de muerte es muy alto.

El sindrome de reyé lentamente se fue controlando porque los médicos informaron que esa automedicación no se debía realizar. Pero también coincidió con la aparición de otras drogas como el paracetamol, el ibuprofeno con una alta competencia en el mercado entre ellos.

La certal también es otra medicación que se sigue utilizando como la aspirina. Porque vos empezás con algo tan simple como un yastá y seguís con una buscapina. La gente ni siquiera sabe la diferencia entre uno y otro, piensa que es la misma cosa con diferente nombre.” Y es un grave error.

A la aspirina la gente no la reconoce como droga ni reconoce que, como tal, tiene efectos adversos y debe administrarse bajo indicaciones específicas. Utilizar estos comprimidos sin prescripción médica y en forma reiterada, puede traer consecuencias de gravedad, como hemorragias digestivas, reacciones alérgicas e incluso provocar la muerte.

¿Y con respecto a los antibióticos?

“En los antibióticos talvez ahora la gente está tomando un poco más de conciencia en pediatría. En los adultos no. Si a la persona le duele la cabeza y toma una aspirina no está mal. Si la persona es responsable se tiene que dar cuenta que si el dolor persiste debe concurrir al médico y no seguir tomando. Algunos no llegan a ese nivel de conciencia, se toman una novalgina y si siguen mal se compran un amoxidal.”

Únicamente los antibióticos son recetados por el médico en caso de que exista una enfermedad bacteriana. No tienen ningún efecto positivo cuando la enfermedad es de origen viral, como el resfrío común o algunas gripes.

Tomar antibióticos cuando se está resfriado no sólo que no mejora la situación del enfermo sino que mata su flora intestinal con lo cual el organismo queda desprotegido.

Estudios muestran que el 88% de la población toma antibióticos al menos una vez al año, y un 25 al 30% de los envases vendidos son por autoprescripción, es decir, sin control médico. En muchos casos no están indicados, ni se toman las dosis adecuadas ni con la duración necesaria.

¿Qué problemas surgen entre la automedicación y el diagnóstico?

“En pediatría se entra en un terreno muy especial porque cualquier enfermedad infecciosa puede terminar siendo una meningitis. Y la meningitis es una enfermedad que da algunos síntomas con la patología muy florida, pero cuando es sutil en su inicio, lo percibe el médico y a veces le cuesta hasta al médico.

Pero cuando se hace una automedicación en un pequeño, el riesgo de que ese pequeño esté cursando ya una meningitis es muy alto. Y ahí, mediante la automedicación, se oculta los síntomas más importantes y la enfermedad evoluciona más lentamente, pero evoluciona.

La meningitis o la apendicitis, son dos de las patologías que pueden estar ocultas detrás de un antibiótico o un antiespasmódico: buscapina, certal. Consumir una buscapina, por ejemplo, en la evolución de una apendicitis es fatal.

Cada enfermedad tiene uno o varios síntomas que le es particular, hay rasgos o características muy, muy diferentes, de determinadas patologías. Sobre la base de esos síntomas el médico interpreta. A esos síntomas se los puede ocultar con determinados medicamentos. Lo bueno es que muchas veces el adulto se sincera, pero en muchos casos no lo hace por temor, por sentido de culpa.”

La automedicación puede, además de enmascarar una enfermedad, puede provocar efectos adversos, prolongar o agravar la enfermedad, pude generar una propensión o resistencia a los medicamentos empleados, facilitar el contagio y fomentar la drogadependencia.

¿Entonces en la automedicación hay riesgo de vida?

“Si, en muchas automedicaciones hay riesgo de vida. Total.

En el caso de la aspirina, por ejemplo, te duele la cabeza y te tomás una. Ahora si te sigue doliendo y tomás otra y otra y otra. Llega un momento en que algo diferente debe estar pasando. Ahí está la responsabilidad del paciente en consultar o no consultar. Si sigo consumiendo, se me hace una úlcera gástrica. Entonces tengo dolor de cabeza y además una ulcera gástrica. Eso sería porque la persona sería extremadamente irresponsable.”

Existen fármacos que ocasionan efectos negativos en pacientes que padecen enfermedades tales como diabetes, hipertensión arterial, asma, úlcera, gastritis, etc.

“La automedicación es riesgosa.” enfatiza Arbizu y agrega “Pero la medicación hacia un hijo sin indicación médica es doblemente irresponsable, mucho más grave.”

Según el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires los remedios son la principal causa de intoxicación y producen el 29 por ciento de los envenenamientos. Muchos de estos casos se producen al equivocar la dosis, la frecuencia o incluso, la droga. Sobre el registro total de consultas por intoxicación medicamentosa (1996 casos), el servicio de Toxicología provincial determinó que más del cuarenta por ciento tenía como origen los psicofármacos, y, dentro de este grupo, casi el 65 por ciento se había producido por la ingesta de sedantes.

Los antinflamatorios fueron con casi el 17 por ciento, el segundo tipo de medicamento causante de cuadros tóxicos. En este caso, el 45 por ciento de las consultas se debieron al uso abusivo de aspirinas.

Con respecto a los sedantes, la persona relaciona el fármaco con la inducción al sueño o bien con efectos mágicos en estados tensionales y, por lo tanto, lo prescribe o suministra a terceros sin tener en cuenta los diferentes principios activos, las indicaciones específicas. Lo que no sabe la persona es que el uso reiterados de estas sustancias produce habituación y su abrupta suspensión, síndrome de abstinencia.

¿A qué se debe el hecho de tomar la decisión de automedicarse?

“La costumbre y el hábito hacen que se pierda la conciencia de los que está bien y está mal. Lo haces tanto, repetidas veces que ya te olvidas que eso estaba mal, lo incorporas como normal, que es lo terrible; y de ahí en más lo haces reiteradas veces. Lo que pasa es que la automedicación una o dos veces te puede salir bien y eso te incentiva a que vos sigas haciéndolo. Por ejemplo un asmático. El día que tuvo un ataque se hizo un ventolín, como evolucionó bien ya está. En la próxima hizo un poquito más y se dio dos, en la próxima cuatro. Ya para entonces se olvidó que entre uno y cuatro hay una gran diferencia. Cada vez se va agravando más la patología. Y un día esas medicaciones que son utilizadas mal y en un determinado tiempo de la vida de esa persona, le va a afectar negativamente. Vos a los veinte años te hacés dos disparos de ventolín y te aumenta un poco la presión y la frecuencia cardíaca. Pero si vos tenés cincuenta la reacción es diferente porque el cuerpo tiene menos tolerancia. Sin diagnóstico y conque sea un poco sintomático a una hipertensión leve, con eso ¡pum! la llevaste a niveles extraordinarios.

En muchas publicidades después de decir lo bueno que es ese producto dice abajo con letras chiquititas ‘consulte a su médico’. ¿Para qué? Después de toda la información que diste. Distinto sería si con el mismo tipo de voz, con el mismo peso dijeras ‘primero consulte a su médico’. Hay formalismos que con leyes han tratado de implementar como ‘el fumar es perjudicial para la salud’. Pero son cosas que no las entiendo. Es como decir que mi conciencia está más tranquila porque yo pongo esa leyenda abajo.

Siempre es volver a lo mismo, por detrás hay causas estrictamente económicas.”

¿En ciertas circunstancias recomienda la automedicación?

“Si, yo a los padres les digo: si el chiquito tiene un pico de fiebre y son las dos de la mañana y llueve o no tenés plata para un remise, dale un ibuprofeno. Pero a la mañana siguiente, aunque el chiquito se sienta bien, traelo a la consulta igual.

Si vos estás trabajando y te duele la cabeza, te tomás un ibuprofeno, está bien. Pero cuando salís de trabajar te vas a ver al médico.

La automedicación tiene también sus cosas favorables: poder terminar un horario de trabajo, no salir de noche en medio de la lluvia con el niño. Pero tiene que ser responsable, tiene que existir la posterior consulta médica.”

Por que en ciertos escritos he leído que en algunas circunstancias la automedicación es recomendable porque descomprime centros de salud. ¿Esto es así?
”No, de ninguna manera. Si no da abasto el centro de salud se necesita otro centro de salud, no descomprimirlo. Se necesita ot
ro centro de salud o más especialistas.

La planificación en salud consta de una estrategia y de un número. La estrategia es la distribución que pueda tener ese centro de salud en una región determinada. Vos tenés cuatro, pero la masa de población se condensó en un lugar. Entonces ese centro de salud está saturado y allí se necesita otro centro. Los centros de salud tienen que estar en lugares estratégicos para que la persona pueda concurrir a estos sin utilizar grandes medios. Tenés que pensar que esas personas no tienen capacidad de movilizarse.”

En los últimos seis años, la venta de analgésicos ha subido un 25 por ciento. El uso de antinflamatorios no esteroides, su consumo asociado o no a analgésicos afecta fundamentalmente a las personas de más edad, que sufren más procesos inflamatorios crónicos y degenerativos. Los riesgos más habituales del uso frecuente de antinflamatorios son las gastritis y las hemorragias digestivas.

La Universidad Nacional de la Plata realizó un estudio en el cual se observaba que el 50 por ciento de los pacientes con o sin obra social se automedica. Entre los medicamentos más utilizados se encuentran los antibióticos, los antinflamatorios y los tranquilizantes que algunas farmacias venden sin prescripción médica.

La automedicación y los deportes

Ya mencionamos que una de las cosas más valoradas en nuestra sociedad actual es el dinero, la segunda podría ser la belleza. Los ideales de belleza llevan a que se exija que la mujer sea linda y flaca, siempre. Y el hombre tiene que ser musculoso. Tal vez esta exigencia a veces sea indirecta, pero muchas veces lo es de manera directa. Como una suerte de Barbie y Ken sin medir consecuencias.

Conocido por todos es que debido a la sobre exigencia en los deportes, se realice automedicación con trastornos a la salud importantísimos para la persona.

La más conocida automedicación son los anabólicos para hacer crecer la masa muscular, pero con problemas para la salud de gran importancia. También la utilización de medicamentos para bajar de peso.

Esta sobre exigencia, como ya dijimos puede ser con un fin estético o económico. “El alto rendimiento muere en el dinero. El rendimiento significa un éxito. “dice el doctor Arbizu “ese éxito va ligado a un valor económico determinado. Por ejemplo en el fútbol si a vos te ven con un muy buen rendimiento eso va a significar un rédito económico para el club en un pase a otro club.

Si un chico de quince años se pone a hacer pesas y vos no le manifestás los riesgos, ese chico va a quedar más pequeño, con una artrosis a los treinta, cuarenta años, con lumbalgias. Eso por un lado, después el hecho de meterse anabólicos o esos polivitaminicos que vienen de Estados Unidos, en grandes potes, en polvo. Que dicen ‘¿cuál es la dosis? No sé, viene en inglés, lo ponemos en el vaso, lo batimos y tomamos’ Y ¡plaf!, generan un desastre en el organismo.”

Suplementos dietarios

Por otra parte existe en nuestra sociedad un incentivo al consumo desmesurado de vitaminas y minerales. Los muy en boga suplementos dietarios.

¿Pero traen aparejados consecuencias negativas el consumo excesivo de una vitamina, por ejemplo?

“Todo aquello que no se dé bajo un criterio médico corre un riesgo. Si vos te excedes en vitaminas vas a tener problemas renales, hepáticos, lo mismo que con el hierro, en mayor medida no es beneficioso. Todo lo que se hace en una medida que va más allá de lo que se considera lo normal hace mal. Hay una medida para cada cosa. Las vitaminas son necesarias para una persona que lo necesite, sino no tendría mucho sentido.

Para un distrófico, un desnutrido, se dirige una vitamina determinada con una visión: favoreciendo la absorción del calcio; o a un anciano que por su patología neurológica no deglute bien, porque por ejemplo no entiende, se le da suplementos vitamínicos.”

Tomate un té de hojitas de...

Me viene a la mente una canción popular, la “zamba de los yuyos” que dice en su estribillo:

yuyos hay para amar

otros que hacen engualichar

yo conozco un guallicho mejor

“zamba de los yuyos” pa’ enamorar

Este es otro espacio aparte sobre la medicina a través de plantas, semillas, hierbas. A veces por tradición, por transmisión de generación en generación, por costumbre, se cae en esto, que muchas veces son inocuos y en otras son fatales. La legitimación que tiene algo que se hizo desde toda la vida o que lo hacía la abuela, es un peso que muchas veces es difícil de desterrar.

Tomarse un té de tilo cuando uno está nervioso, tal vez no sea perjudicial. Pero el alcance de este tipo de “medicaciones” no tiene como límite un té para los nervios. Muchísimas veces sin consultar al médico, se realizan remedios caseros sin tener verdaderos conocimientos científicos. Los riesgos de una enfermedad mal diagnosticada y encima mal medicada puede ser con peligro de muerte.

Sobre el tema el doctor en pediatría nos decía “Es fatal en muchos casos. Muchos de esos yuyos destruyen a las personas. Por eso vemos chicos intoxicados, con convulsiones, pacientes con cuadros neurológicos complejos, por ejemplo, bajo el efecto de un anís estrellado. Un bebé tenía cólicos y le dan una mamadera de té de anís estrellado, un desastre.

En China, por ejemplo, las dos medicinas son paralelas. Los médicos tienen que saber de las dos. Un médico chino sabe todo lo que sé yo, pero también sabe todo lo que comúnmente saben esas mujeres que lo transmiten de hijo a hijo. Pero siempre desde el punto de vista médico, probado científicamente.”

La Organización Mundial de la Salud no recomienda las prácticas de la llamada medicina tradicional. La Organización advierte que el uso incorrecto de determinados remedios herbarios puede ser dañino, o incluso mortal. Por ejemplo, la hierba ma huang (una efedra) se utiliza tradicionalmente en China en el tratamiento de la congestión breve de las vías respiratorias. En los Estados Unidos de América, la hierba se ha comercializado como complemento dietario, y su uso prolongado ha provocado por lo menos una docena de fallecimientos, ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares. En Bélgica ha habido que someter a trasplante renal o diálisis a no menos de setenta personas por causa de una fibrosis intersticial renal resultante del consumos de una de las especies de las Aristoloquiáceas, por confusión con otra de esa misma familia, también como complemento dietario.

El Estado

¿Qué soluciones podemos encontrar en este tema? ¿Cuál es el papel del Estado?

“Los Estados en políticas de salud son casi nulos. En Estados Unidos, por ejemplo, no pueden controlar la comida chatarra. Sin embargo saben que la mayor mortalidad la tienen producto de eso: la obesidad, el colesterol, la diabetes. Sin embargo consumen Coca-cola a lo loco. Saben que se están muriendo, pero el estado no toma una actitud responsable. Capaz que lo intenta, pero en una sociedad, como la que es hoy, tan ligada al dinero, un Estado no alcanza hacerle tomar conciencia a la comunidad.”

Arbizu plantea que la automedicación no existiría si la persona no tuviera la información de cómo automedicarse. “Si no hubiese ninguna información pasaría: ‘me duele algo ¿qué hago? Y no sé, andá al médico.’ Esa información tan intensa que hay en los medios influye en que la persona empiece a tomar sus propias decisiones. Pero también se pueden observar múltiples factores: por ahí no tiene lugar a donde ir, no tiene dinero para consultar, el hospital está sobresaturado o no rinde las expectativas de salud que la persona considera que tiene que tener ese hospital o ese médico. Miles de factores que influyen en que el individuo busque lo más fácil y haga la automedicación.”

Igualmente Arbizu considera que la automedicación es producto de las consecuencias de las actitudes irresponsables de los Estados. “La actitud del Estado debe ser responsable desde lo preventivo, que es no permitir que suceda. Después desde la información preventiva que es ‘te digo lo que no tenés que hacer’. El estado hace una ley que permite que determinados productos, que deben tener un estudio, de drogas muy elementales sean de venta libre. Porque ciertas drogas más complejas o son utilizadas con doble sentido, no sólo que el estado no las permite como venta libre, sino que la receta es una receta especial (que es de otro formato y color). Así es que un farmacéutico responsable no lo va a vender si no viene con la receta con la firma de un médico.

Es decir, si el Estado permite mediante una ley la venta libre de un medicamento, paralelamente debería hacer una campaña donde exprese que se puede tomar una aspirina, pero que si el problema persiste consultar al medico inmediatamente.”

Pero el individuo que se automedica está inserto en una sociedad y al respecto nos decía Arbizu “Todo es cultural. Porque una sociedad bien informada, culta, inevitablemente es una sociedad responsable. Porque en esa sociedad el individuo tiene el conocimiento para saber que está bien y que está mal y por ende ese individuo va a ser responsable, no tiene alternativas. Sino es una sociedad perversa, culta pero perversa, que también existe.

Pero yo me pregunto ¿cómo se informó ese individuo? ¿lo hizo por iniciativa propia? Puede ser, pero son pocos: es el Estado, es éste quién logra que su sociedad sea culta, más eficiente.”

También el doctor Arbizu reflexiona sobre los que ocupan los cargos públicos de salud que deben ser personas capacitadas y no puestas allí por amiguismo o por escalas políticas, como suele pasar en la Argentina; ya que son estos los funcionarios que luego generarán los planes y programas sanitarios.

Es un asusto complejo, de muchas aristas. Porque por un lado este tipo de acciones (la de utilizar medicina tradicional) la vemos en personas que culturalmente lo tienen incorporado. Y, por otro lado, en personas que, con la idea de llevar una vida naturista, se niegan o evitan consumir medicamentos.

Simultáneamente vemos también, como un medicamento que es patentado por una sola empresa, se vende a valores elevadísimos, sin otra razón que para beneficiarse económicamente. Entonces esto genera un rechazo hacia la medicina.

Lo cierto es que el hombre hace algunos miles de años atrás tenía un promedio de vida bajo, de treinta años. Y que gracias a la medicina logramos superar enfermedades y elevar al doble la expectativa de vida.

Desde El Pensadero creemos que el punto medio siempre es lo correcto ¿Qué es el punto medio? No por ser naturistas descreer de la medicina. No por los avances de la medicina, consumir medicamentos como si fueran golosinas, soluciones en pastillas.

Dedicar un tiempo a nuestra salud, dedicar el tiempo a una consulta médica, es una elección de bienestar responsable y una verdadera valoración de la vida propia y la de nuestros seres queridos. Lograr tener una alimentación variada, lo más sana posible y por sobre todas las cosas consultar al médico antes de consumir cualquier remedio de laboratorio o casero.

Consulte a su médico y / o farmacéutico


El Pensadero visitó una farmacia para ver la perspectiva que se tiene sobre la automedicación desde el mostrador de venta. Al entrar un cartel indica: “Tratándose de medicamentos tómese los medicamentos en serio. Cuando el farmacéutico aconseja, opina o recomienda se compromete personal y profesionalmente, se hace responsable. Consulte a su farmacéutico. Confederación Farmacéutica Argentina.”

Este es un tema del cual también le preguntaremos al farmacéutico José Humberto Galdeano, quien lleva adelante la Farmacia Galdeano ubicada en Avenida 3 y Paseo 123.

Según Galdeano se observó un incremento en la automedicación en el 2001 con la crisis. “Siempre la gente se automedicó, pero cuando apareció la crisis, la gente no tenía treinta, cuarenta pesos para ir al médico, entonces recurría al farmacéutico. Sino también lo que hacía es que alguien le decía ‘esto sirve para la garganta’, se lo tomaba y así seguía mal diez, doce días, entonces recién venía a la farmacia o iba al médico. Eso se notó muchísimo en la crisis.”

También lo que observó en la gente en general es que no terminan el tratamiento y todo lo que conlleva ese grave error. “Lo que viene dentro de un envase es un tratamiento, la cantidad de pastillas no es por capricho del laboratorio. El médico dice ‘usted tiene que tomar dieciséis, un comprimido cada ocho horas’. Entonces el paciente empieza a tomar uno cada seis pensando que le va a hacer mejor y no es cierto. Después lo toman cada diez horas o cuando se despierta porque no pone el despertador. La pastilla que tenía que tomar a las tres, cuatro de la mañana, por lo general no lo hace y pierde una toma. Cuando se siente bien deja la segunda tira y no la toma. A los pocos días está otra vez con el mismo problema. Esa bacteria se hizo más resistente y hay que buscar otro medicamento para el tratamiento.”

Medicamento, precio e imagen

“Hoy está de moda usar el paracetamol como analgésico antinflamatorio porque vale un peso. Además la gente lo que ve en las propagandas lo quiere. Y lo quiere al otro día cuando a veces ni siquiera está en el mercado, porque sale la publicidad pero tarda en llegar el producto. No nos olvidemos que la medicina es un negocio.”

¿Hay un descreimiento hacia el profesional?

“Si, así como descreen del médico, descreen del farmacéutico. A veces nos consultan por eso. Es más, muchas veces empiezan un tratamiento con un médico, se encuentran con alguien que le recomienda otro y van a otro médico. A lo mejor, los dos médicos le dieron el mismo principio activo con diferente nombre comercial y dejaron uno y empiezan con el otro”

Sólo consulta

Le consultamos también a Galdeano sobre esta famosa frase que aparece como leyenda al finalizar los comerciales sobre medicamento “Consulte a su médico y / o farmacéutico”. Esta frase nos llamó la atención ya que pareciera dejar librada la opción de uno u otro. Y al respecto él nos dijo: “Cuando tienen un medicamento que le puede haber quedado y no se acuerda para qué lo tomó, vienen y te consultan para qué es. Pero nosotros no podemos decir compre esto que usted se va a sanar. La leyenda se refiere sólo a la consulta, no a ‘vaya al farmacéutico y pídale’.

El farmacéutico tiene que cumplir lo que el médico indica en la receta. Yo no le puedo decir a la persona: ‘esto es mejor, tómelo’. Lo que sí le digo es ‘este principio activo es igual a este. Puede consumir cualquiera de ellas, la que más le guste, le convenga, etc.’. Si el médico atrás de la receta vuelve a poner el nombre del medicamento, justifica, sella y firma, yo ni siquiera puedo cambiarle el nombre comercial. Por que el médico dice que le tengo que dar ‘esa’ y no lo puedo cambiar porque lo dice la ley. El paciente elige sobre lo mismo. Es como ir al supermercado: de fideos hay todas estas marcas, todos son fideos.

Muchas veces vienen a comprar un medicamento, con receta y, como esa persona es cliente mío, yo ya sé que otros medicamentos toma y a veces le tengo que decir ‘pero usted esto no puede tomar’. Porque la persona es diabética o tiene problemas de presión. Cuando sucede eso puede haber sucedido dos cosas: que al médico se le olvidó o que el médico que lo atendió no es médico de cabecera. El paciente a veces le oculta la información al médico y éste no tiene por qué saber, o no indagó suficientemente.”

vencimiento

Por otro lado Galdeano nos habló sobre ciertas actitudes que fueron cambiando en las personas como estar informado de qué es la droga base, el genérico; y también que él observa que ahora se fijan en la fecha de vencimiento. “A veces vienen con una tableta empezada y te dicen ‘yo tomé esto y quisiera seguir con esto’. Cuando damos vuelta la caja nos damos cuenta que está vencido. Por lo general tomaron dos o tres comprimidos. Hoy prácticamente eso no se produce porque la gente está informada que debe mirar la fecha de vencimiento. Lo mismo pasaba con los jarabes. Los jarabes de los niños vienen en polvo y ese polvo sí dura hasta el 2008. Pero cuando se le agrega el agua no resiste más hasta esa fecha, el agua va a cambiar la fecha de vencimiento. En el prospecto dice ‘consumir antes de los siete días’. La gente lo prepara, le da al chiquito tres o cuatro días, el chiquito se siente bien y lo guarda en la heladera. También lleva a la confusión el hecho de que haya otros jarabes que se pueden guardar. Hay gente que piensa que es igual y comete el error de guardarlo.

De hecho en las casas donde se consume medicamentos vas a encontrar atrás de los alimentos en la heladera, medicamentos. Si son de tomar, algún medicamento vas a encontrar. Por otro lado también hay mucha gente que lo guarda porque no se acuerda y a lo mejor pasa cinco años y sigue ahí adentro.”

De los medicamentos de venta libre ¿cuáles se venden con más frecuencia?

“La hepatalgina, la aspirina. Con todas estas propagandas que, si bien es cierto que la aspirina es un analgésico, para mí criterio no es que se me va a ir el dolor de la artrosis porque tome una aspirina, como se interpreta a primera vista. Seguramente aquellas personas que tengan acidez o principio de úlcera la aspirina agudizará su problema.”

Y con respecto a otro tipo de pastillas como para broncearse o adelgazar, Galdeano dice que al llegar el verano la gente los usa, pero como no son económicos en el invierno deja de usarlos. Algo similar observa en cuanto a los complementos dietarios. “Vitaminas sí, porque en nuestra zona hay un período del año en que hay que trabajar a full, entonces el organismo no está preparado para la exigencia y ahí es donde la persona toma. En el invierno no es tan regular porque no tienen la exigencia física o el dinero para comprarlo.”

Galdeano reconoce que el exceso de vitaminas no es beneficioso, pero dice que se permite su venta libre ya que se consideran complementos dietarios.

Con respecto a los anabólicos o complementos Galdeano observa que por lo general lo consiguen por internet u otro medio. “Vienen acá con cosas que acá no se venden, que son de Estados Unidos. A veces hay un control por parte de un instructor en los gimnasios, pero a veces no. Sólo saben que vos te tomás eso y los músculos se te inflan. Y las consecuencias después, recién con el tiempo lo ves.”

Galdeano nos cuenta que los farmacéuticos pueden ser clausurados por cometer una falta, y si dentro de ese mismo año lo clausuran nuevamente, esa segunda clausura es definitiva.

¿Existe irresponsabilidad en los farmacéuticos ya que por querer vender no miden las consecuencias del alcance peligroso de ese medicamento mal utilizado?

“Es como todo y en todos los lugares hay buenos, malos, regulares, en todas las profesiones.”

Tal vez caemos siempre en lo mismo, en el poder del dinero. Sin embargo, la desinformación puede ayudar a que estos errores se produzcan. Una persona informada va a saber que hacer, consultar y por ende, cuidar su salud.

El Dibujante Costumbrista



Molina Campos

Fragmentos de la charla brindada durante la Semana de la Tradición.

Durante el desarrollo de la semana de la tradición se realizó una proyección sobre la vida del pintor Molina Campos en la Casa de la Cultura. Allí se recorrió la vida del artista junto con todas las obras que realizó para la fábrica Alpargatas. Y luego una descripción de algunas de los cuadros, donde junto con la participación del público se descubrían maravillosamente los detalles.

Para aquellos que se la perdieron y para quienes estuvieron allí, transcribimos algunos fragmentos.

“Gracias a la fábrica argentina de Alpargatas la obra de Molina Campos se distribuyó masivamente a lo largo y lo ancho del país, en forma de famosísimos almanaques. Almanaques que estuvieron en las casas de todos nosotros y hoy la mayoría nos lamentamos por qué habremos hecho con esos almanaques. ¿Porqué digo con toda seguridad que estos almanaques estuvieron en la casa de todos nosotros? Porque en el censo de 1940 decía que la Argentina tenía una población de 10 millones de habitantes. En ésa década se distribuyeron 18 millones de láminas en forma de almanaques. Asi que no había casa humilde o suntuosa, pueblo chico o ciudad grande de la Argentina que no haya tenido un almanaque de Molina Campos.”

Molina Campos nace y estudia en Buenos Aires, pero las vacaciones anuales las pasa en el campo: en los pagos del Tuyú, de Arrecifes y en Concordia, Entre Ríos. Es precisamente allí donde se empapa de los paisajes campestres, visita puestos, convive con la peonada. Estas imágenes le quedarán marcadas en la mente de por vida y se reflejaran en las inagotables pinturas que luego realizó.

Molina Campos fue autodidacta, siempre se consideró un dibujante costumbrista y nunca se tituló ni artista ni pintor. Recién a los 35 años realiza su primera presentación durante la Exposición Rural Argentina. A partir de ese momento, sus obras realizadas con acuarela sobre papel canson, aunque no lleven firma serán reconocidos fácilmente por lo característico de sus personajes. La muestra fue un verdadero éxito y el puntapié de una prolifera obra.

Gaucho y pampa

Se consolidan así sus rasgos característicos, sus gauchos y sus caballos, pero también sus paisajes: la inmensidad de la pampa o los del norte argentino donde el autor vivió unos años. A veces recurre al lápiz o a la tinta para subrayar carteles o cuando tiene que tender alambrados tensos; pero su pincel logra lo que quiere en los pastos, en los techos de paja o en las maderas de las viejas diligencias.

El personaje de Molina Campos no es el gaucho legendario de las epopeyas patrias, sino el paisano de todos los días, jinete de un buen caballo o matungo, con sus vasitos de caña entre las risotadas chapotonas, pobretón, un poco rotoso pero contemplador del mundo con mirada brillante de socarronería. El paisano de Molina Campos es el que se encontraba cotidianamente alrededor de los fogones de la estancia, tomando su mate del atardecer bajo el alero del rancho o de pié junto a su cabalgadura, apoyado el brazo sobre los cojinillos del recado, la cadera quebrada, el ala del chambergo sobre los ojos, cambiando dichos burlones con otros criollos. Molina Campos, en suma, logra interpretar y traduce con su pincel lo más difícil de conseguir, pinta el carácter, el alma, mejor dicho pinta el comportamiento psicológico del criollo argentino.

El pingo

De la misma manera que sucedía con los gauchos, los caballos de Molina Campos nada tenían que ver con los potros saludables de las películas. El artista les respeta su personalidad física: tiene la cabeza enorme, gordo y bigotudo el pelo, mísera la panza, el pescuezo no en arco de triunfo sino de servicio, el casco con algo de instrumento grande y ponderoso de machacar distancias, la grupa en pico, huesuda y ascética sin las morbideses decorativas de noble bruto mentir. Pero lo que más llama la atención de sus caballos es la intención de los ojos. Ojos dilatados por el horizonte, grotescos, de una elocuencia desmesurada. Compatibilizan con tan armoniosa deformación una dosis de ternura indisimulable. Molina Campos humaniza al pingo, compañero de por vida del campo hasta parecerse al jinete, hasta adquirir en cada situación un semblante parecido a su dueño. Cuando se trata de un juego de a caballo, entonces el animal parece jugar más que el jinete.
En 1931 Molina Campos viaja y expone en París y vende completamente su muestra. En 1938 recorre de costa a costa Estados Unidos donde realiza conferencias y estudia la realización de dibujos animados. Las rev
istas y diarios se ocupan de su obra que elogian. Es contratado por una publicación de Estados Unidos hacia donde viaja nuevamente a realizar dibujos de su especialidad y una serie denominada ‘Andanzas de un gaucho en Nueva York’. Se traduce al inglés, se convierten sus trabajos en éxitos sin precedentes. Es contratado por Walt Disney como asesor de estudios colaborando en el rodaje de varias películas de dibujos animados...

Antes de empezar la proyección, a modo de juego,nos retó a que encontráramos ciertas características que se repetían en las pinturas: ¿Qué tienen en común los nombres de las pulperías que aparecen en los cuadros? ¿Cuál es la marca en los caballos que se repite más que otra? Y la tercera: Dado que Molina Campos no inventó personajes, todas las personas que aparecen son reales especialmente de los pagos del Tuyú ¿Quién es la persona que se repite más que otros y que Molina Campos pinta en diferentes actividades de su vida cotidiana, desde que es joven hasta la vejez?

Finalmente nos enteramos que Molina Campos le ponía a las pulperías nombres de colores: blanquiada, azulada, la verdolada, rosada. Las iniciales del paisano de mejor afecto del autor son: T. A. De Tiléforo Areco. Y finalmente, la marca que se repite con mucha frecuencia en los caballos son dos herraduras entrelazadas.

A medida que observamos con detenimiento descubrimos detalles impresionantes: un cantor malo, un sordo que lo escucha, un perro que aúlla, un caballo que observa, un borracho que hace trampa, en fin, un mundo maravilloso. ¿Cómo es posible que uno se sienta en paz o ría o se enternezca con las pinturas de Molina Campos? Sus retratados parecen con vida y uno tiene la sensación que están ahí simulando quietud y que cuando volteamos vuelven a sus cosas.

Variedad y Calidad


Como todos los años los Talleres de la Casa de la Cultura exponen lo aprendido durante el año.

Visitar el cierre de los Talleres es siempre una sorpresa. Porque nos sorprendemos de la cantidad de actividades que se brindan y el buen nivel que muchos tienen.

Estos talleres cumplen varias funciones: contención social, entretenimiento sano, sacar a la luz habilidades, introducirnos en la cultura e interactuar con otros y para algunos, encontrar una vocación.

Todas las muestras fueron interesantes: el tallado en madera, vitrofusión, los poemas del Taller Literario, los dibujos de los pequeños de Plástica.

Rescatamos algunos pequeños momentos a modo de fugaces diapositivas:

Técnica Vocal

Un alumno con preciosa voz y muy desenvueltamente cantando algo de lo más original “Cabral soldado heroico...” Hubo también canciones de Drexler, de Serrat, de Liliana Herrero, de los Piojos y las infaltables de siempre, ya conocidos por todos, aunque un tanto reiterativas: ‘Vivo por ella’ y ‘aprender a volar’. El coro municipal se lució con un tema de The Queen y otros que sonaron preciosos.

Guitarra

En guitarra nos deleitamos con los dedos rápido de música flamenca o los rítmicos estudios. Tras la gran guitarra asomó un pequeñín que, venciendo el temor, interpretó su sencilla pero bien interpretada canción.

Danza Clásica

Danza tuvo su exposición en dos domingos. Hacemos dos flashes: uno para la exalumna Teresita, que estudia en Mar del Plata quien al compás de la música saltaba en puntas de pie interminablemente, estallaron los aplausos. Y el segundo flash se lo llevan los más pequeñitos vestidos de japoneses amarillos, con sombrero y todo.

Danza Jazz

Excelente presentación que no escatimó en nada: preciosa selección de música que pasó por “Marco Polo” de Lorena McKennit, el tema de la película “Mala educación” de Almodóvar, Salsa, Pop con Cristina Aguilera, pero también música clásica y de los ‘80... También el juego de luces y vestuario variado. Las más pequeñas con mucha expresión y las más grandes de excelente coordinación y coreografías muy variadas. ¡Un buen regalo de fin de año!

No olvidamos que también estuvieron cierres muy buenos de danzas Españolas, Comedia Musical, Idiomas, cerámica y tantos, tantos otros.
Desde los que recién comienzan hasta los avanzados, todo es bueno, todos tienen su oportunidad, todos saben qué pueden lograr si se siguen esforzando.

A salas llenas, los cierres de talleres no tientan a inscribirnos el año que viene en algo nuevo.

....

.

Un día de Pintura




Certámen Pintores en la playa

Durante noviembre se realizó el concurso de Pintores en la Playa, donde los artistas deben realizar en un día el cuadro. El día justamente empezó con una mañana de sol agradable para tornarse en con viento y nublado. Sin embargo participaron 52 personas con un nivel excelente. Se vieron cuadros de los más diversas técnicas y colores. El mar por momentos aparecía gris, de un verde pálido o esmeralda, un azúl talo o ultramar. Le hicimos esta observación a Miguel Kanatakis quien fué uno de los tres miembros del jurado, junto a Isabel Spiner y Oscar Brocos.

"Eso es lo bueno que tiene la pintura, que uno puede evadirse de la realidad. Uno no necesita pintar exactamente lo que vé, sino también lo que desearía, el día en que le hubiese gustado estar."dijo Kanatakis.

El 1er premio fue muy aplaudido para"huellas" de Elba de Miguel en acrílico, el segundo fue "Costa Urbanizada" de Laura Gerlero de técnica mixta y el tercer premio fue adjudicado a Mirta Noguera con su cuadro titulado "103 y 4" también con técnica mista.

Están los premiados y algunos (estos últimos) no premiados pero que nos parecieron excelentes.

Incógnita de noviembre


EL MUNDO DE UN ARTISTA

El personaje a adivinar nos da nuevas pistas para pensar

Alejandro Trigo era el personaje a reconocer en aquel carnet de Vélez Sarfield que era el club al que asistía de pequeño. Sin embargo, como saben quienes lo conocen, Alejandro es sin dudarlo de San Lorenzo. Alejandro es un gran artista que arribó a nuestra ciudad en el año 1976 junto a su mujer, recién casados. “Yo enseguida me enamoré de la Villa. Yo no podía creer que a la noche caminaba por la calle libremente y escuchaba esos parlantes que había puesto Latini. Cuando Latini puso la radio, hizo un circuito cerrado por la avenida tres y vos caminabas a cualquier hora y vos tenías música de fondo.”

¿Un lugar de la Villa?

“Yo viví mucho frente al mar, amo el mar, es lo que me tiene atado acá. Pero también siempre mis escapadas eran por la casa de Don Carlos Gesell. Cuando él todavía vivía yo me metía de noche a los jardines de él, me parecía tan mágico eso. Todo eso cambió mucho, los jardines ya no están, del quincho no quedó nada. Yo recuerdo una mesita que la debe haber hecho el mismo Don Carlos, que era un paisaje hecho con pedacitos de cerámicos, era una especie de barquito que estaba en el mar. Había unas hortensias gigantes o había un ciruelo tan cargado que las ramas caían a modo de carpa y yo me metía adentro, era un placer.

Después de la Villa me gusta el sur, no de Mar de las Pampas, sino de la 140 para allá, porque también se parece a la primera Villa.”

¿Estación del año?

“Yo soy uno de los que se sentía invadido en las temporadas. Por el aluvión de gente que llegaba, que imponía su ritmo, que no respetaba el nuestro. Y otra por el corte. Todas las actividades que tenemos, que son naturales, culturales, se cortan en verano. Y es un corte muy grande, no es unas vacaciones de un mes. Y no me podía encariñar con el verano. Y sí por el contrario, me alegraba con el fin de la temporada, era como si toda la villa respirara hondo. ‘ahora volvemos a lo nuestro, nos reencontramos’. El otoño y la primavera. El invierno no es muy agradable creo que para nadie, no tengo un rechazo, pero...

La primavera, el otoño, ver renacer los árboles, la casa de uno incluso, los colores. El invierno es muy gris, el otoño y la primavera son muy ricas en colores, en verano el sol es tan fuerte que vela todo.”

¿Libros?

“Me encanta leer, leo desde chico. Me interesa mucho los ensayos y el aspecto más filosófico. Después los grandes libros que leí son novelas, son tantos: ‘la tienda de los milagros’ de Jorge Amado, ‘El amor en los tiempos del cólera’ de García Márquez. Durante mucho tiempo estuve signado por un libro que lo leí joven, hoy ya diferente para mí, que fue el lobo estepario de Herman Hesse. ¡Hay tantos! Después la literatura específica de lo que yo hago, hay mucha literatura no solo para el que pinta sino también para el que le gusta mirar pintura. De Kandinsky hay uno que se llama ‘de lo espiritual en el arte’ que hace comparaciones con la música, con la poesía, las frutas, es hermoso. El ‘tratado de la pintura de Leonardo’ por supuesto. Se aprende mucho de Juan Castel que no era un pintor sino un crítico., que habla sobre el impresionismo. Y a mí ese libro me impactó porque se habla mucho del impresionismo y nadie como él aclaró lo que significa; se tiene en general un concepto equivocado de lo que significa. Después Torres García, estructura...”

¿Algunos pintores?

“A mí me resulta un poco odioso elegir algunos, porque la pintura como la literatura es una escalera, un sin fin, pero que cada escalón le debe al de atrás. Desde las cuevas hasta hoy, hay tantos. A mí tipos que me marcaron, que me conmueven aún hoy, de atrás para adelante, pueden ser: Rembrant, que el más grande es Picasso. Porque Picasso enseñó que la pintura es un camino hacia la libertad. Picasso dijo que a los doce años pintaba como Velásquez y dice que le llevó sesenta años pintar como un chico. Qué quiere decir eso, él habla de la libertad, de no atarse a técnicas. Él rompió con todas las pautas pero con fundamento, no por capricho. A mí me maravilla, no sólo su pintura sino él como artista, como actitud de vida, comprometido con el arte, más allá de su vida personal que eso no me importa. Después Van Gogh; argentinos Berni, Xur Solar, Petorutti, Alonso.”

¿Música?

“Me gusta mucho la música, cuando pinto es esencial, siempre tengo música, salvo que esté imposibilitado, como cuando pinto afuera. La música es fundamental en mi vida. E mi casa se escuchaba tango y folclore, a mí no me gustaba. Pero después aparecieron Los Beatles, la música nacional. Pero desde joven y por influencia de algunos parientes aprendí a querer la música clásica. Asi que me gusta desde lo clásico, me gusta mucho el rock, el blus, el jazz, me gusta seres especiales como Serrat, Silvio Rodríguez. No tolero la cumbia villera, no por una actitud discriminatoria, sino porque no me parece música, ni agradable ni nada, lo único que me transmite es rechazo. Pero después todas las músicas tienen algo. Me gusta escuchar variado.”

¿Cine?

“A mí me gustaba mucho ir al cine, cuando vine a Gesell eso se cortó un poco. Por ejemplo los viernes, yo iba al centro de Buenos Aires a algunos cines claves, algunos ya no están, donde pasaban películas que a mí me gustaban. Las italianas, me gustan las películas francesas, ruso, me gusta Kurosawa. Pero después perdí un poco el hilo del cine y me limité como muchos de acá a ver videos y lo que llega. De las ultimas películas que ví, me parece hermosa ‘El gran pez’, me conmovió y a mí el cine americano generalmente no me gusta. La película que más tengo grabada, que es muy vieja es francesa ‘Moderatta cantavile’, era en blanco y negro. Era la poesía transformada en imagen y sonido, una belleza, nunca más pude encontrarla, ni encuentro gente que la conozca.
Yo me formé con las películas que a veces la ibas a ver de nuevo porque había cosas que no te quedaban claras, te obligaban a pensar. Ahí era cuando saboreabas la película, porque no terminaba ahí con el fin, quedaba dentro tuyo, lo discutíamos con amigos...y eso enriquece. Ese cine es como que lo perdí un poco.”

¿Algún objeto preciado?

“Cuando llegué a la Villa vivía en playa entre 116 y 117, no había costanera, todavía había duna costera. Estaban las cortaderas, una playa grande un mar hermoso. Todos los días, casi como un vicio, trataba de ver la salida del sol. Entonces caminaba por la playa y juntaba caracoles. Eso lo hice durante años, durante trece o catorce años, hasta que me tuve que mudar de la playa. Y los guardé, es lo único que tengo guardados: caracoles, los elegía.

A veces me enamoro de objetos, pero al poco tiempo no es que los rechace, pero me canso, no me ato a ellos.”

¿En qué le gusta pensar?

“A mí desde siempre me preocupó la sociedad en que vivo, lo que me rodea. Siempre pienso en la terrible historia de nuestro país, desde que nace hasta hoy. Pienso mucho y con dolor en la involución que hemos sufrido. Yo no sé si esto pasó en otros lados, tengo muchas dudas. La involución de un país como el nuestro fue atroz. Porque yo tuve la oportunidad, cuando me eduqué, cuando era joven, la educación estaba a nivel mundial, entre los mejores del mundo. Se llevaban técnicos a Alemania, Estados Unidos.

La cultura era muy elevada. La famosa calle Corrientes, era cierto que no dormía y yo tampoco dormía. Los viernes al salir del colegio, me iba a caminar, a recorrer librerías, ver los cines. No se hablaba de la salud, había hospitales gigantescos que atendían a todo el mundo y nadie pagaba nada. Pienso en eso y en como se saldrá de eso, porque todavía estamos sumergidos.

Y la otra cosa, que va paralela, yo creo que el artista es antes que todo un ser sensible, sino no podés ser artista. Veo tanta pobreza alrededor. Hace poquito fui a Buenos Aires, yo necesito ver lo que sucede. Y es muy triste lo que sucede y lo entiendo porque a mí mismo me pesa mucho pintar. No tengo las alas que tenía antes de introducirme en una serie y estudiarla, enriquecerla, ilusionar con terminarla y mostrarla, que la gente la vea y opine.
la gente está preocupada por comer, no mira arte, cuelga almanaques o reproducciones, de papel, fotos. Incluso los hoteles o edificios importantes podrían invertir en jóvenes artistas, tener pinturas originales y buenas y baratas. ¡Compran fotos, se las hacen enmarcar y salen más caros que los otros! Vas a las galerías y ves que están los cuadros nada más, va muy poca gente.

El arte está para elevar al ser humano, pero en Argentina está tan en el fondo que no puede pensar en eso. ¿Qué le vas a hablar de colores, de enriquecer tu alma y tu espíritu si están pensando en las lentejas que no tienen?”

En la última exposición de los artistas geselinos que se hizo en el CEMAV, me llamó la atención ver las fechas de los cuadros y la mayoría no era ni de este año ni del anterior, no eran actuales.

“Es lo que te digo pasa en general. Deben ser contados los que pintan satisfactoriamente, con alegría, con pasión, en los momentos que estamos viviendo y rodeados de lo que estamos rodeados. Yo hablando con otros artistas que conozco y les pasa lo mismo. Los materiales con que se trabajan se pagan en dólares, de lo que llega porque algunas cosas son tan caras que no llegan ni siquiera. Es una sumatoria de cosas, pero que afecta por igual a toda una sociedad. En eso es lo que lamentablemente pienso.”


Sentada ahora en la sala de espera del CEDIT veo sus cuadros llenos de colores vivos. En ellos hay realidad pero hay también esperanza, pienso que no todo está perdido. Los observo y las dos señoras junto a mí también los ven y los comentan. Las señoras podrían estar mirando las típicas revistas de moda de sala de espera, pero por suerte, ven cuadros.

Yo antes de ser Yo

Para quemar pestañas


Moliere...

Correo de lectopensadores


Halloween 2

Primero que nada: soy humanista, es decir creo que lo más importante somos los seres humanos y nuestra libertad y que lo que no perjudique a los demás somos libres de hacerlo.

Desde allí vengo a tratar de contestar una carta de Juan José L. (si, ese) del correo de lectores del numero anterior que defendió las fiesta populares y la alegría, ¡¿y quién puede estar en contra de eso?! El punto en cuestión es la defensa de Halloween.

Y aquí va mi contradicción: Por un lado estoy de acuerdo con Juan José L. (si, el mismo de antes) que plantea la cosa de forma inteligente: no es coherente hablar de extranjerización en este mundo globalizado sin sentirse un hipócrita, claro. Y sobre lo del diablo y todo eso... estamos en el siglo 21, y eso tiene olor a la naftalina del ropero de mi abuelita!

También me encantan la fiestas populares y la alegría y que los chicos se disfracen...

Pero no me parece tan inteligente aceptar sin más una fiesta que está cargada de tantos signos norteamericanos. La globalización no es tan global, no te creas, en verdad es más una veloz americanización del resto del mundo, es la forma que tienen de trasvasarnos su pequeña cultura materialista imponiendo sus valores: el consumo voraz, individualismo, el dinero por sobre las personas, depredación del medio natural, violencia para solucionar los conflictos, etc.

No es tan inocente aceptar sin más sus costumbres a la hora de comer, de comprar, de vestirnos (y de desvestirnos), de organizar nuestra economía, y también de divertirnos! Porque esas costumbres (que todos conocemos porque las vemos en sus películas y programas de TV), están cargadas de sus significados y de su forma de ver la vida, el mundo, las relaciones. Están cargadas de sus valores.

Y acá es donde alguien pregunta ¿una fiestita tan linda, tan inocente es una cosa tan horrible? ¿no estaremos exagerando? Esa es una buena pregunta: ¿es tan inocente la fiestita?

En algún lugar está bueno pararse a pensar en todo esto y bué, le toco a la calabaza, Mc. Donald ya está trillado.

Gracias al Pensadero por ser tan fiel a su nombre.

Daniel F (no, ese no, el otro)

14/11/2007

En Cuentagotas

Tradición

Del 5 al 10 de noviembre se desarrollo la 5ta edición de la Semana de la Tradición.

En esta edición se ha tratado de mostrar los aportes de la cultura rural que han hecho a nuestra ciudad desde nuestros orígenes. Las actividades fueron de lo más variadas y en diversos puntos de la ciudad. Hubo exposición de fotográficas, de vestimenta típica, de cuadros, conferencias de profesores de la Universidad Nacional de Mar del Plata, peñas.

La organización estuvo a cargo de Paula Pozar, Maribel López Fuentes e Irene Balmayor.

Destacamos el Radioteatro realizado por el Taller de Radio dirigido pod la fonoaudióloga Mely Cimini y el Locutor Alejandro Viale. El ciclo "Juan Moreira" elegido para esta ocación se transmitió por FM La Villa. Mas de alguno que venía un poco despistado se despertó cuando la mujer gritó: "¡¡socoyo!!". Muy bueno y con ganas de que se repita para los que se lo perdieron.

-----------------------

Ivana y Sandra

El joven dúo de canto presenta su primer CD con un repertorio variado para todos los gustos. Para aquellos que las conocen o para quienes quieran conocer sus voces tienen la oportunidad el domingo 16 de diciembre a las 21 hs en la Casa de la Cultura de Villa Gesell , av. 3 entre 108 y 109.

Durante esta temporada Ivana y Sandra también estarán actuando en diferentes puntos de la ciudad.

Agenda

Villa Gesell

Muestra permanente “El profeta de los médanos” Exposición fotográfica histórica. Valor de la entrada $ 1. Geselinos y jubilados gratis. Chalet de Don Carlos - Pinar del Norte

Domingo 9 – 20.30 hs

Teatro. Grupo Escenautas presenta “Freno de Mano” de Víctor Winer. Dirigida por Jorge Oczowinski Entrada libre a la gorra. Casa de la Cultura - Av. 3 entre 108 y 109

Sábado 15 – 17 hs.

“Historias a la hora del té con Bocha Arancedo”. Historias, leyendas y vivencias de la región de la mano de Bocha, maestra rural, en el año del centenario de Madariaga. Entrada libre y gratuita, con posibilidad de conseguir los dos libros. ¡Imperdible!

Casa de Quesos El Viejo Hobbit - Av. 8 entre 111 y 112 – Tel 46-5851

Domingo 16 – 21 hs

Dúo de canto melódico – Ivana y Sandra. Presentación de su primer CD. Entrada libre a la gorra. Casa de la Cultura - Av. 3 entre 108 y 109

Sábado 22 – 21,30 hs

Teatro comedia. “Esta es mi familia” del grupo del taller de Teatro del centro cultural el Ventanal, dirección de Adriana Camera. Doce actores en escena. Entrada libre a la gorra. Casa de la Cultura - Av. 3 entre 108 y 109

Madariaga

Del viernes 7 al domingo 9 Fiesta Nacional del Gaucho

Viernes 7 – Abriendo tranqueras, Elección de la Flor del Pago. Reinas invitadas. Actuación estelar de Jorge Rojas.

Sábado 8 – Prueba de Riendas en El Club de Campo El Modelo. Gran desfile de Instituciones. Emprendados, carruajes y reinas inevitadas en adhesión al Centenario.

Noche del centenario: Actuaran Adriana Varela, El Ballano y Argentino Luna Entrada libre y gratuita

Domingo 9 – Gran jineteada en el Club de Campo El Modelo – Sorteo de la tradicional rifa. Cierre con el Chaqueño Palavecino.


Pinamar

Del 8 al 15 de diciembre Cuarto Encuentro Cinematográfico PANTALLA Pinamar Argentino-Europeo.

Variada muestra de cine. Funciones por la tarde todos los días en las salas Bahía y Pinamar de Av. Bunge y Av. Del Mar

Navidad toc-toc-toc contratapa

Aquí vamos... Días antes de la navidad, todos activan sus motores. La gente se muestra nerviosa, se escuchan los primeros bocinazos en la avenida tres apenas se acumulan unos pocos autos. Parece haber más habitantes en la villa; todos corren de un lado a otro comprando los regalos que siempre cuestan más de lo pensado.

Bombachita rosa para las mujeres, la sidra o champagne, los turrones, el pan dulce, budines, las lucecitas que siempre tienen un tramo que no funciona, ¿Cuánto están las nueces y almendras? ¿Dónde nos reunimos? ¿Quién se encarga del postre?

Se saca del altillo la caja que indica “cosas de navidad”. Más de la mitad dan lástima, pero el ama de casa sabe en que parte del arbolito ponerlo para que no se note.

Todo se viste de invierno en pleno verano. Las vidrieras tratan de simular nieve y muérdago. En una ciudad llena de pinos, casi todos son de plástico, como si el pino natural no sea lo suficientemente contundente para representarse a sí mismo.

El papa Noel se adapta a cada casa y nunca es acorde al comportamiento de los niños durante el año. Los padres sufren que los regalos les gusten a los chicos, porque nunca se sabe: lo más seguro es que les guste el regalo más simple y no el más caro.

La televisión y la radio se inundarán de villancicos y recorrerán el mundo para mostrarnos que, salvo en el tamaño de la decoración, estamos todos más o menos en lo mismo.

Sin embargo, para algunos de los geselinos, la navidad representa el último respiro antes de sumergirse en la temporada.

Ya habrá quienes digan que la navidad es una gran excusa comercial o que Papá Noel es un invento de la gaseosa cola más conocida. Pero para otros, religiosos o no, la navidad representa una excusa sí, una excusa para estar todos juntos y festejar...

Para Hernán y Juan es el momento de preparar el mejor asado del año. Ale se pondrá una remera ajustada que lucirá luego cuando salga a bailar, Gusti estará preocupado por comunicarse con su novia con las líneas ocupadas. Geral cocinará una receta nueva. Facu y Martín, aparte de comer mantecol, tratarán de sonsacar a los adultos que regalos les tocan este año. Liliana preparará su famoso y delicioso postre de ananá. Javi crecerá dos centímetros. Hugo tendrá el momento que esperó durante todo el año para golpear bajo la mesa “toc-toc-toc, ¿Escucharon? ¿habrá llegado Papá Noel?”, aunque ya no haya pequeños en la familia que lo crean. Harry, el perro más inteligente del mundo, correrá a esconderse donde quepa aterrado por los estruendos de los fuegos artificiales. Y para otros, como yo, esperaran disimuladamente más ansiosos que los niños a que lleguen las doce para poder ver que hay dentro del papel de regalo que siempre, siempre debe romperse para atraer a la buena suerte.

N.R.: Piense en esta navidad un regalo original, no costoso. Piense en que sabe hacer y regale algo hecho por sus propias manos o algo que sea más significativo que económico. Si no puede, escriba una carta o simplemente pase estas fiestas con quien más se sienta a gusto y disfrute de estar simplemente festejando.

sábado

Cara a Cara con Maria Rosa Arancedo


Cara a cara

LOS CUENTOS DE BOCHA

Entrevista a Bocha Arancedo, maestra, escritora, historiadora de Madariaga.

“Doña Martina Rospide opinaba que las mujeres ahora venían muy flojas. Ella con sus 86 años acuesta recordaba que para el parto de uno de sus hijos, ante la primera señal, se apuró en la quinta para plantar 200 cebollines que tenía preparados, no era cuestión de perderlos...”

Esto escribe una de las personas más queridas en Madariaga. Su nombre es María Rosa Arancedo, más conocida como Bocha. Para decir quién es, que hace y que piensa, tendremos que remontarnos a 75 años atrás...

Bocha es hija de Alberto Arancedo y Rosa Eyras, conocida como Quita. Su mamá trabajaba con sus padres y sus hermanos en la primera panadería mecánica que se instaló en Madariaga, en el año 1908. Su madre pertenecía a una familia de ocho hermanas mujeres y cuatro varones. Todos trabajaban en la panadería y su madre, al ser una de las más chicas, le tocaba estar en el mostrador.

Su padre Alberto, no era de Madariaga, el vino de Buenos Aires de una casa de consignatario y hacienda, ya que un tío que tenía una estancia, precisaba un escribiente. “En aquella época a la gente que no había ido a la universidad, pero había ido más que la escuela primaria se le llamaba escribiente, porque los libros se hacían a mano. Había que hacer una especial caligrafía, buena ortografía.” Al instalarse en Madariaga conoce a su mamá que dicen que era muy bonita.

Al principio, alquilan una casita en Madariaga, que aún está. Al poco tiempo de nacer Bocha, el mismo patrón que lo había tomado de escribiente, le ofrece ir a una estancia porque necesitaba un administrador. “Mi padre de campo no sabía nada, pero era el año 1932 y habían comenzado los impuestos, las leyes, los problemas agropecuarios con las autoridades del agro, porque exigían que había que presentar señales, marcas. Los campos estaban todos alambrados, había que tener peonada inscripta, con documentación. Se empezó a reglamentar.” Así es como se fueron a vivir al campo y la suerte quiso que sea casi a la costa, a un campo cercano al Faro Punta Médano. La estancia se llamaba “El Centinela” y era de los Cobo, pioneros en la costa. Melón Gil arrendó la estancia conservándole el nombre y allí fueron a trabajar.

Al poco tiempo nacería su hermano y allí estaría Bocha hasta que tuviera doce años. “Mi infancia, lo que marca la vida, la escuela primaria, el carácter, la forma de vida, yo me formé en el campo.”

Esas eran épocas muy diferentes a las de ahora, hasta en lo más simple. Para bañarse había que hacer una fogata y calentar el agua. “nos bañábamos una vez por semana. Mi mamá decía se lavan ‘los bajos’. ‘Los bajos’ eran debajo de los brazos, debajo de la cola y los pies. Los bajos”

En el campo no había escuelas, por eso dice Bocha que fueron niños muy solitarios. El patrón les pagaba una maestra privada y les daba clases a ellos y a los niños de los puestos que querían. “Era una estancia grande donde había sesenta peones, todos hombres y chicos muchos, porque en cada puesto había ocho o diez. Lo que ocurre es que todos no venían, porque los chiquitos en el campo, en esa época, desde los seis años trabajaban. Tenían unas manos como de ordeñar, de andar con las vacas. Eran niñitos totalmente de trabajo. Y a veces del hogar mandaban uno o dos, nunca las chicas. Porque las mujeres para qué decían en esa época.”

Ellos tuvieron tres maestras privadas. A fin de año iban hasta Madariaga a rendir exámen para poder aprobar el grado, para que les diera un certificado oficial.

El primer gran cambio

Después de diez años nació otra hermanita y como su padre se enfermó volvieron a vivir a Madariaga. Bocha tenía doce años y volvió a hacer el último año allí para tener su título oficial porque “mamá, no papá, manifestó que yo iría a la escuela secundaria. Cosa que a mí me parecía un horror ya que acá no había, te tenías que ir a Buenos Aires.”

Así es que con trece años Bocha con su hermano van a Buenos Aires, allí tenían los parientes que contrataron a su papá para escribiente. Su hermano fue a un colegio de curas y ella a uno de monjas, ambos pupilos, por lo que venían sólo en el verano y en vacaciones de invierno.

“Yo di un vuelco en la vida. Yo no sabía lo que era ponerse una pollera. Yo usaba bota y bombacha, gorra en la cabeza, igual que los varones. Yo no podía creer lo que era Buenos Aires, la relación de las personas. Yo escribía, porque en aquella época tampoco había teléfono. Yo le escribía las cartas a mamá y ella las guardaba porque eran como una historia. Cómo hago ahora con lo cuentos. El hecho ocurrido pero siempre atrás había una moraleja, una reflexión. No era sólo contar. Yo le decía ‘¿podés creer mamá que tengo una compañera de colegio que tiene un vestido negro?’ Porque para acá el negro era de luto y eran chicas de quince años que eran monísimas, yo no lo podía creer. Ellas iban a la peluquería, nosotros no sabíamos que era eso ¡Había chicas que fumaban! Yo no sabía lo que era decir un piropo de una mujer a otra. Me decía ‘que pelo lindo’, ‘que linda sos' y yo me quedaba. Eso no nos enseñaban a nosotros. En nuestro ambiente se nos enseñaban a estar sano, fuerte, lúcido, decidido. Decían ‘es buena pa’ lo que la pongan’. Tenía que saber coser, tejer, ser fuerte de ancas, había que bancarse la vida de campo.

En mi colegio había chicas que eran artistas como Teresa Blasco, estaba la hija de Niní Marshall, Angelita. Había pupilas de todo el país, pupilas de la patagonia. Con ellas todavía me escribo.

Se me abrió un mundo totalmente desconocido para mí, pero lo aprendí pronto. Una profesora que tuve me escribió una nota cuando me recibí. Ahí pone que llegué como diputada del interior y salí con barra totalmente adicta. Así fue, yo contaba de Madariaga y la gente no sabía lo que era una vaca y yo no sabía lo que era un ascensor, un subterráneo. Fue como un choque de dos cosas a las que no sé como pero me integré.

Yo, como era criada en el campo, pensaba que el mundo se terminaba ahí nomás. Como digo en el prólogo de uno de mis libros, yo pensaba que el mundo era verde y celeste y donde se juntaba se terminaba el mundo.”

Dentro del colegio había unas monjas jóvenes que iban a prepararse a un Instituto de Cultura Superior, que era como una universidad. “Y nosotros a veces acompañábamos a una monja, que estudiaban sociología. A mí me encantaba y en vez de quedarnos afuera, participábamos de las clases. Empecé a conocer lo que era la Universidad y me fascinó. Hice esos tres años de oyente de Sociología y me abrió un poco la cabeza para esto de la escritura.

Un día de buenas a primeras me gustó mucho; y me gustó tanto, que yo le dije a mi papá que yo me recibía y quería ir a la universidad. Y él me dijo que si yo rendía, que él, que era una persona muy enferma, tenía muy mala salud, si el tenía económicamente como que yo iría a la universidad.” Bocha se preparó, rindió y entró a la facultad de arquitectura. “Me gustaba el diseño, me gustaba la decoración, me gustaba las casas.” Pero hubo otro gran cambio en su vida.

“Para ser docente eran cinco años, pero a mí me tocó un año experimento que fueron seis. Me quedé siete años en total en Buenos Aires y con tanta mala suerte que el día que nos recibimos, un 30 de noviembre, ese día tuvo un ataque mi papá y falleció a los 41 años. El mismo día. Después de tanto sacrificio no nos vio recibidos.”

Bocha tenía 19 años, su madre se había quedado viuda, había comprado una casa en Madariaga. “Yo ya había rendido bien el ingreso, pero tenía que ir en marzo. Pero como nos vinimos a Madariaga y mi mamá quedo sola ella dijo que dos no podía mandar, uno sólo. Y por supuesto, sin ningún resentimiento dije ‘sí, que vaya el varón’. Porque era varón, era así. Mi mamá me decía ‘vos total el año que viene te casás, vos ya sos maestra. Quiero que esté cerca de mí.’ Y me pareció tan coherente y tal cual como dijo mi madre fui docente.”

Su propia familia

Por entonces en una antigua familia de Madariaga, un señor era encargado de la estancia “El Cardal de los Balcarce”. Su hija mayor Joaquina, tenía problemas de pulmones, una especie de tuberculosis. La cuestión es que los patrones le dijeron que se vaya a vivir a Córdoba y así fue. Allí, Joaquina, conoció a un señor de apellido Barbé que era su profesor de respiración y de gimnasia, se casó con él y tuvo dos hijos varones. Ellos se quedaron a vivir en Córdoba, pero los nietos cada tanto venían a ver a los abuelos. Entre los nietos estaba Raúl Barbé, que por ser el más chico le decían Pichón. “Como nuestras familias eran íntimas empezamos siendo amigos, salíamos, éramos unos cuantos. Él después se volvió a Córdoba, pero cada tanto volvía. Y una de esas veces vino con la noticia que volvía y que se quedaba. Nosotros nos habíamos estado escribiendo, pero a mí no se me había ocurrido. Cuando una tiene veinte años le parece que todo estaba bien. Los noviazgos no eran como los de ahora. Nadie estaba solo, siempre con tu mamá enfrente, visitas con día de semana.”

Raúl comenzó a ser viajante de una fábrica francesa, porque sus abuelos por parte Barbé eran franceses. Era una fábrica de cosméticos, de perfumes en la zona. Él se radicó en Madariaga pero recorría Maipú, Mar del Plata, Tandil, toda la zona.

“De tratarnos un día le dije nos ponemos de novio y nos casamos. Así como de fácil, como simple, como todo. Porque además había que casarse, no se pensaba mucho con veinte años. Pero fue bien, nos llevábamos bien. Yo me fui a vivir con la escuela al campo, él me ayudaba con los papeles, él seguía con sus viajes.”

Un día decidió cambiar de trabajo y se dedicó a administrar una estancia. Estuvo en la estancia de los Leloir hasta que debido a un accidente de auto falleció con 36 años.

Por entonces Bocha se quedó con sus dos hijos uno de trece y otro de once.

“No teníamos soltura económica. Yo tenía que trabajar porque yo tenía dos chicos. No es que te quedás viuda y sola. No, te quedás viuda y con dos chicos que hay que criar, había deudas. Yo ya no tenía padres, no tenía abuelos. No tenía cómo. Fui maestra y también fui productora de seguros junto con el trabajo de la escuela. Después fui empleada municipal. No tuve mucho tiempo.”

La docencia

Cuando Bocha comenzó con la escuela aprendió a ser madre y maestra a la vez.”Yo tenía dos chiquitos y nunca fui maestra fui directora de entrada, no había otros directivos.” Sin embargo dice que si volviera a nacer volvería a ser maestra. “Fue lindo ser docente en el campo. Porque la gente del campo es muy humilde. Es muy difícil que te toque una persona resabiada o mal hablada. En el campo en esa época, hace cincuenta años, la gente veía a la maestra como la solución de sus vidas. Porque como ellos no sabían leer y escribir, pensaban que sabiendo eso iban a tener el mundo en sus manos. Fue una gran solución, pero vinieron otras cosas. Todo es así, un dame que te doy.”

Bocha dice que aprendió sobre la marcha, ya que ella era joven, con alumnos casi de su edad. “Yo tenía una chica de apellido Vega. Yo tenía 22 años y ella 18. ella estaba en el séptimo grado de la escuela porque había empezado a los trece. Porque nadie empezaba a los seis. ¿Quién iba ir a los seis galopando distancias a caballo? Porque por ejemplo en Juan Chico eran dos leguas. Y después en la otra escuela, tampoco los mandaban, porque los papás siempre estaban ocupados. Siempre venían de diez, once años. Cuando terminaban ya eran grandes”

Fue unos cuantos años maestra rural y cuando sus hijos tenían que ir a la escuela, era toda una complicación porque viajaba a caballo. Entonces Bocha pidió un traslado y justo se inauguraba una escuela en un barrio. No era escuela rural, pero tampoco era de ciudad, era mas bien suburbana. Fue a esa escuela y estuvo allí veinte años. “Allí

Me gustó mucho la diversidad de gente. Buenos Aires era una cosa, el pueblo otra, la zona rural otra y esta gente que era de la zona de las afueras del pueblo era totalmente distinta. La gente de las orillas, a veces es gente de campo que va y viene, tiene su ranchito acá y trabaja en el campo; pero hay gente que no. Es gente de boliche, gente de a pié, gente que trabaja con la pala, obreros o empleados municipales, gente con quintas, cocheros, carreros, reseros. Mucha gente distinta.”

La palabra

Cuando era pequeña a Bocha le pedían que escriba los discursos de los actos, muchas veces ella no los leía, sólo los escribía. Tenía habilidad para buscar en un libro, profundizar, siempre poniendo un comentario, una reflexión. Porque a diferencia de la escuela rural donde tenía quince, veinte chicos, todos de edades diferentes, la escuela suburbana era otra cosa. “A veces ocurre que un solo papá tiene siete, entonces con cinco papás vos tenés tu población escolar en la escuela rural. En un acto público vos tenés a los vecinos, pero es un grupo. En cambio, en esta nueva escuela era un mundo de gente. Primero hubo una división, después dos, tres, cuatro, había ciento y pico de alumnos mas los vecinos eran quinientos. Es en esta escuela donde Bocha descubre el valor de la palabra. Entonces ahí además de escribir el discurso me di cuenta que no había que leerlo porque la gente no me entendía. Entonces escribía y terminaba relatando. Ahí comprendí el poder del cuento. Fue un descubrimiento. Yo de esto de los cuentos me siento casi autora, no sé si otras maestras lo han hecho. De otras cosas no, uno copia de otro anterior. En la escuela vos estudias pedagogía, psicología, instrucción cívica, vos enseñas lo que a vos te enseñaron. Pero en los actos escolares yo decía ‘en el 25 de mayo...’ y la gente te escuchaba, pero no escuchaba. Yo veía que la gente se movía, que algunos no venían, los chicos se aburrían. En un momento empecé a contar lo que era el 25 de mayo, lo que era tener un gobierno propio, compararlo con el hogar; a decir que cuando un hogar trabaja y le va bien, sus hijos son de él y son de la patria, y así como todos son nietos de un abuelo, todos somos hijos de un país; y lo que eran los próceres, que siendo españoles se volvieron gauchos y criollos... Y la gente como que abría los ojos, no se movía. Y a la segunda fecha vinieron el doble y eran tantos, era tanta la gente que había que hacerlo en el patio. Era como que la gente se dio cuenta, no con un cuento propio, sino con la historia, recreada, igual que el libreto del teatro. Y ahí yo aprendí a hacer lo que luego fueron los libretos de la radio. Yo tuve que captar a la gente, yo me tuve que entusiasmar con esto de que un relato atrae, que un relato enseña, tenían poder. Yo los usaba también para limpieza personal, era como una historia para los padres, para los maestros y para los chicos.

Si yo hubiera ido a la facultad tal vez hubiese aprendido oratoria, pero esto empezó siendo de una simpleza total, doméstico. Y se fue convirtiendo en hacer actos y contaba un cuento, en citar padres y había una historia.”

El comienzo, historia en cuentos

Bocha recuerda particularmente un día en que dijo el significado de la palabra gaucho, que es despectiva y proviene de guacho, sin padre y sin madre. La gente la miraba sin pestañar. “El gaucho creció solo, los padres no se casaban, las relaciones eran casuales. Vos imaginate lo que era una fortinera. La fortinera son mujeres que ahora las llamamos prostitutas, pero en aquel momento eran mujeres que iban detrás de los fortines con la soldadesca. Hay que aguantarse tres mil, cuatro mil soldados. Elegir el que venía por nada, porque ellas tampoco tenían nada: ni padre, ni casa, ni amor. Era una época de salvajes, complicada.

Yo se lo contaba a la gente y hasta las prostitutas se sentía felices. Escuchame, por algo estuvieron. Todas las cosas que están en la vida son necesarias, porque sino no estarían.

Entonces yo un día conté que para que el gaucho fuera realmente redimido, el Gral. Don José de San Martín, escribió una carta en la época de Don Martín Miguel de Güemes, que defendía el norte. Él con sus gauchos defendió el norte y estos gauchos no tenían ninguna preparación militar, ninguna, ni uniforme, nada. Decían en patas y en bolas, pero no por desnudos, sino por las boleadoras, en pata y el bola defendieron el norte argentino. Entonces San Martín pone: ‘los gauchos valientes, distinguidos de Martín Miguel de Güemes que merecen ser nombrados en la historia’. Y es la primera vez que en un documento oficial aparece la palabra gaucho como redimido.

A uno que siempre le dicen gaucho. Ahora está muy cambiado el término, pero hace cincuenta años, no. Para redimir al gaucho tuvo que decirlo alguien tan importante como san Martín y, desde esa vez, el gaucho fue bien visto. Y el gaucho cambió, porque se sintió útil. Gracias al gaucho tenemos la pampa, la hacienda, el campo. Y como el gaucho fue siempre muy servicial, tuvo esa cualidad, de gaucho salió la gauchada.

Yo nunca hice revisionismo histórico porque tan sólo soy una aficionada. Pero para redimir al gaucho, para abrirle los oídos a todos los gauchos de mi pago y que sepan que es un orgullo ser gaucho, es importante.”

Radio

Después de los cuentos históricos, con base histórica, fue derivando en reuniones de padres hacia relatos religiosos. Porque en un momento dado como las escuelas eran laicas, al que quería se le daba en horario extra escolar otras actividades como instrucción cívica, de moral, de religión. Bocha entiende que no hay cuento más perfecto que las parábolas del evangelio. “Tienen una enseñanza, está puesto la cosa más complicada del mundo con simplicidad: la santísima trinidad es un misterio, ya está, no preguntes más. Es un cuento con solución, porque vino la santísima trinidad: tres personas distintas, un solo Dios verdadero. Uno se queda mirando. Y es un misterio y así se toma.”

Esto ocurría siempre en el ámbito escolar. Pero, cierta vez, hubo que mandar unos delegados docentes a Mar del Plata, a Radio Atlántida o Mar del Plata ya que se impulsaba la regionalización de la escuela. “Nosotros antes en la escuela de Madariaga, barrio Quintanilla o en la escuela rural, en medio del campo teníamos la misma currícula que en la ciudad de La Plata. Ridículo total. Ellos hacían una única currícula para toda la provincia. Hacían lo mismo para las maestras de La Plata que iban con taco y recién salidas de la peluquería a nosotros, que íbamos leguas a caballo, con botas de goma.” Empezó otro sistema que era la regionalización: cada escuela podía poner algo de su lugar en la escuela. Las maestras hacían mociones, mandaban motivos que eran estudiados y si correspondían se incorporaban.

Un día Bocha fue a esas reuniones en Mar del Plata ya que decían que ella tenía poder de síntesis. Esas reuniones se divulgaban a través de la radio a todo la región.“Yo iba y me acomodaban el micrófono adelante. Y ahí fue que me empezó a gustar la radio. Yo llegaba acá y me decían ‘te escuchamos por la radio’. Era una cosa fantástica.” Ahí Bocha hacía y leía las notas, pero luego las rompía. Cuando le volvían a pedir ella no tenía nada, trataba de acordarse.

Un día había un periodista que tenía un programa de radio de Madariaga al mediodía, y el jefe de la radio lo precisó para cubrir un evento deportivo. Así fue como una hora de la radio quedó sin programación. Entonces el jefe de la radio le propuso realizar un programa cultural a Bocha. Por entonces el CONFER obligaba a las radios a tener un programa cultural y esta radio no lo tenía. ‘Yo ya la he escuchado, así que traiga cualquier cosa y venga’ le dijo él. Bocha agarró algunas revistas que tenía, unas Panorama que eran educativas y cultural y se fue a la radio. “Cuando me vi en el estudio de radio me parecía que no me iba a salir nada y para mí sorpresa se me fue la hora volando. Y cuando terminé de hablar el director de radio me aplaudía.”

Así fue como empezó leyendo notas escritas por otras personas, siempre del estilo cultural. “Yo me acuerdo que leí una nota de Cocó Channel. Yo había leído la nota, me había impactado y decidí contarla en la radio. Cuando salí de la radio había gente esperando para decirme que había quedado fascinado. Porque todo el mundo creía que la moda era una pavada, que era una cosa totalmente superflua. Se habían encontrado con una chica, que era una niña expósita, que se había criado en un lugar de huérfanos, con nombre inventado, con una vida tristísima y que en el orfanato había aprendido a coser. Con todo ese tipo de historias yo iba entrando”

Pero eran historias que aún no eran de ella. Cuando volvió el periodista de su horario, mas o menos tres meses después, ella se volvió a la escuela. Pero le había gustado la radio por lo que al año siguiente fue ella la que le propuso al dueño de la radio hacer el programa. Pero en esa oportunidad el dueño dijo que iban a cobrar. “ ‘Yo no soy capaz’ le dije yo y el me dijo ‘vos dejá, solos van a venir los auspiciantes’. Y aparecieron solos. Era el programa que más pagaban por estar. Eran tantos que no llegaba a leerlos y entonces en vez de tener una tuve que tener dos horas de programa.”

Ya entonces empezó a agregar crónicas de los sucesos del pueblo como por ejemplo, los actos. Y estas reseñas generales fueron mutando hasta convertirse en historias totalmente individualistas, de habitantes lugareños en particular.

Pero ¿cómo las recolectaste?

“Nosotros en el campo no teníamos radio ni televisión. La única forma de haber noticias, que en ese momento se le decía trascendidos, era que venía un resero, un comprador de hacienda y venía con una historia ‘saben que hubo una revolución...’. No se hablaba de la pavada. Cuando se hablaba, la relación peón-patrón, la palabra era fundamento. Yo sabía que para poder enterarme tenía que escuchar y para comunicarme tenía que hablar.

Así fue que yo escribía historias, pero las rompía. Resulta que después alguien me decía que tenía que contar nuevamente la historia y yo no la tenía. Entonces me di cuenta que no las tenía que romper. Durante dos años no los guardé, pero así es que hoy tengo 18 años de radio documentados, con la fecha y todo.”

Sus ciclos siempre fueron en el invierno cuando ella cree que la gente escucha radio. Reconoce que los primeros años fueron los más difíciles, pero después con el tiempo, la misma gente se le acercó para hacerle saber sus historias. “Ahí hay un cuadernito de un señor de acá, un irlandés que viene y me dice ‘sabe señora, escribí todas las historias de mi familia y acá se las traigo, un día las lee’ Entonces se fueron ampliando y ampliando y ampliando.”

Libretos

“Vos todos esos papeles que ves ahí” y me señala muchísimas carpetas, todas con su gran letra cursiva, prolija “todo lo que ves en estas carpetas no está hecho en el aire. Yo escribo un libreto, hasta como saludo escribo. Porque después tengo que contar el tiempo. Y tengo que tener una ubicación en el tiempo, en el espacio, en el público que me está escuchando, tengo que tener una cronología de lo que estoy contando y tiene que tener un final. Y cuando uno hace una historia, con una persona como yo que me acostumbré a hablar mucho, por ahí te vas por las ramas. Vos te das cuenta que llegó la hora y vas por la mitad de la historia. Entonces aprendí que lo mejor es encerrarlo en un libreto. Aunque no se lee el libreto, aunque yo lo cuente, pero yo lo voy contando y yo voy agarrándome del libreto, como si fuera un memo. Y además ciertas reflexiones por ahí no te salen en el aire si no están escritas. Eso tuvo que haber sido elaborado y esa elaboración no es espontánea ni instantánea. Esto parecía espontáneo, pero había sido elaborado.”

“Yo les hablo de cosas pasadas, pero no olvidadas”

Hace poquito nomás que Bocha terminó su ciclo de cuentos en la radio. Lo realizó en el invierno durante veinte años. “A lo cincuenta me jubilé de docente a los setenta y cinco me jubilo de la exposición. Porque a veces hace frío, otras veces no tengo ganas, otras tengo ganas de hablar mucho y no puedo porque el espacio es contratado. Mucha gente ha venido a mi casa asustada, pero yo le digo que no es tan trágico. ‘Adiós en la radio’, yo voy a seguir estando acá, yo no me voy de Madariaga”.

Bocha está muy agradecida a la radio. “La radio fue la que me hizo conocida, porque yo en la escuela puedo tener quinientos oyentes, pero en la radio son miles. Porque son de Conesa, de Maipú, de Dolores, de la Costa. La radio te da esa oportunidad. Por eso yo decía en el programa ‘gracias a los que me escuchan sin que yo lo sepa. Gracias a los son mis amigos sin que los conozca. Y gracias por recibirme de visita sin hacer una visita.’”

Va de yapa...

Bocha Arancedo ha escrito dos preciosos libros que son Vivencias y Tala. En estos incluye historias de personas del lugar, familiares suyos, reflexiones y observaciones de cosas que son y que fueron. (ver El Ojo)

Su método de trabajo es escribirlo primero a mano, después una corrección también a mano“Mi mente con la mano va a una velocidad asombrosa que no la tengo ni con la máquina ni con la compu.”

Ahora Bocha tiene ya preparado otro libro que reposa en hojas sueltas esperando apoyo para que se pueda editar. Su nombre: “Va de yapa...”. Algunas historias que irán adentro serán: Historias de los médicos, de colectividades, la historia completa de Felicitas Guerrero según la relató Álzaga que fue un sobrino, la historia de Rosita Eyras y el Dr. Marra, “Rosita es mi mamá, porque ella cuando vino tenía un novio, él como la quería tanto no se animó a decírselo, mi papá entró en el medio y lo desbancó. Él a la vuelta de los años volvió y me dijo que le había costado lágrimas de sangre. Ahí la tengo” . También estarán las historias de los caciques de la zona: Calfucurá, Macedo, Nahuelrucá, Monzalvo; de las esquinas, la historia de Jorge Böhm “que mi abuela decía ‘este tiene un rastro de la guerra’. Vegetariano y nudista” y se ríe con ganas.

Bocha y el mundo

Bocha ha viajado mucho, en Argentina menos Tierra del Fuego, por todas las provincias. Como le gusta lo verde y el calor si tuviese que elegir un lugar del país, sería Misiones. “No me importa tanto las cataratas. Me gustan la forestación, los árboles, las orquídeas. Me encanta.”

También menos veces, pero ha viajado a Estados Unidos, Canadá, Brasil, Venezuela, Chile, Perú, Colombia, Bolivia. Con una tía conoció lugares impensados, imposibles dice ella: Jerusalén, España, Inglaterra, Francia, Italia. “Me abrió el horizonte a muchas cosas. Me gustó, pero siempre me gustaba volver.”

Ayer y hoy

Le preguntamos qué le gusta de hoy a Bocha Arancedo, qué de antes...

“De lo moderno me gustan muchas cosas. Por ejemplo, me parece más que hermoso, ver a un papá con un bebé alzado. Que un papá no tenga vergüenza de ir con el changuito me parece genial. Me gusta mucho la relación que tienen los jóvenes con los padres, que no la teníamos. Nosotros teníamos más miedo. No me gusta cuando se sobrepasan, ya cuando empiezan a perder el respeto no. Pero poder decirle una nena a su mamá ‘tengo un novio, estoy enamorada, no digas nada pero me voy a encontrar con él’ Eso me parece genial.

El adelanto de la medicina, la anestesia, sacarte una muela...

Los medios, todos: de locomoción, de transporte, los caminos, los trenes, los aviones...

Todo me parece asombroso y no me da la cabeza. Yo cuando veo la computadora y no puedo creer que abarque tanto. Me parece maravilloso. Yo aprendí a escribir en computadora solamente, el año que viene voy a tomar un curso.

Lo que no me gusta de ahora... No me gustan las relaciones tan por arriba. Todo el mundo dice que es amigo, todos son compañeros, pero cuando estamos en las malas no sé si somos.

No me gusta ese chicheo, ese modo intimista de decirse cosas. Me parece que no hace a la convivencia. Como el chusmerío y como decir cosas que no hay que decir, porque no todo se tiene que decir; porque hay intimidades, es lindo tener secretos, es lindo disponer de cosas que son mías sola.

No me gusta la poca capacidad que tienen algunas personas de trabajar. Antes se trabajaba de sol a sol, hasta la mismísima navidad. Tampoco me gusta el copiarnos de los extranjeros. En la televisión en todo, porqué si nosotros tenemos palabras hermosísimas en nuestro idioma. Eso es como una invasión.”

¿Y lo de antes que extrañas?

“Lo que más extraño es la familia, es lo que más cambió. Mi abuela era analfabeta y tuvo doce hijos. En su casa se casaba un hijo, se ponía otra pieza atrás y se seguía. Convivía una familia entera. No es como ahora que se va todo el mundo al diablo. ‘¿A donde se va tu hijo?’ ‘Y dice que se va a una isla desierta en Java’ ¡Pero está loco! Ahora los chicos hacen cosas así. Quieren la independencia cuando todavía son imberbes. Me parece que la familia no tiene el valor que antes tenía.

La chica a los 17 años te dice yo soy una adulta hago lo que quiero y la madre dice tenés razón. Vuelve a los 35 años vencida, vencida porque si le va bien no vuelve, y la madre la tiene que aceptar en la casa. Pero no vuelve con el ala caída, viene a mandar a su familia. Eso está muy mal.”

Madariaga cumple a fin de año cien años de vida, pero ¿Cómo te imaginás Madariaga dentro de cien años más?

“Yo quiero que mi pueblo sea como nació: un pueblo de campaña. Un pueblo de campaña no quiere decir no tener internet o que un ganadero no tenga una 4 x 4 genial, la más linda de todas, que tenga una chica mona que se ponga un pantalón ajustado. Todo esto me parece genial, pero yo no quiero que mi pueblo pierda la raíz. Yo quiero que mi pueblo sea un pueblo de puertas abiertas.

A mí me va a gustar que sea como en Europa, como Barcelona, que va a haber una parte antigua y una parte moderna. Yo creo que Madariaga va a pasar a ser la ciudad histórica y toda la playa va a pasar a ser la ciudad turística. Entonces vendrán a Madariaga no a buscar lo mismo, no a buscar el mismo boliche bailable, eso lo van a tener allá. Acá vamos a tener el mate en la vereda, la puerta abierta, las casas antiguas con un solo baño que tenga seis habitaciones.

Yo espero que siempre sea arbolado, que no haya grandes edificios que tapen el sol. Yo creo que un árbol que costó cien años en crecer, hay que cambiar el edificio, porque el edificio lo hacés en uno. Yo tengo la ilusión que no cambie tanto.”

La casa

Bocha Arancedo vive con sus recuerdos. Ella posee una memoria extraordinaria y se rodea de valores sentimentales acomodados en toda su casa que habita hace veinte años.

Hay puertas y ventanas de pinotea con todas sus fallebas originales, genuinas. Tienen cien años de antigüedad, funcionan perfectamente y fueron realizados por los carpinteros Moscatelli. También hay una máquina de coser antigua que todavía cose, planchas de hierro que se usaron cuando era pequeña, una pelela con patitas y tapa, y una empotrada en un pequeño mueble, que se abre la puerta y sale la pelela “que nadie se haga el asombrado. Todos tenía una debajo de la cama ¡Si antes no había baño en la casa!”. Hay roperos también de cien años, de cortina hay lo que fuera un mantel blanco todo bordado en hilo a mano hecho por su madre. Hay adornos armados por ella. Sobre las aberturas en retazos de madera de muebles, los decora con monedas antiguas, o con botones de nácar, calzadores de zapatos de hueso, todo es detalle, todo tiene historia. “Yo acá no tiro nada, todo va a los cajones. Yo valorizo mucho y tengo cosas de lo que los demás tiran.”

Así también tiene sobre un mueble, a la vista, no escondidas en una caja, fotos perfectamente conservadas de muchísimos años atrás. A través de esas fotos vemos a sus antepasados con complicados peinados y vestidos. Quien vea esas fotos no podrá salir del asombro, todas tan, tan antiguas y allí están, como si fueron sacadas ayer. “Estos son mis abuelos paternos, este mi esposo, esta es la señora de Don Carlos, Emilia, esta soy yo recién nacida con mi mamá, estos son mis hijos...” Todos los recuerdos a la vista.

Pero también hay fotos en su estudio, su lugar de trabajo, dónde hay fotos de ranchos de la zona, una foto de la cuadra de la primera panadería de Madariaga de su abuelo cuando tenía diez años, es decir del año 1918. Su estudio está lleno de papeles, anotaciones, libros, cientos de historias del lugar. “Acá tengo a todo Madariaga” dice ella riendo. También hay cuadros de su suegro con pinturas costumbristas, sus numerosas distinciones.

“No he tenido grandes angustias en la vida, tampoco muy feliz. Yo creo que la vida es un estar, es una cosa con altos y bajos, es un conformarse. A mí me gusta mucho donde vivo. A mí no me gusta mucho ni la montaña ni el mar, a mí me gusta la pampa. El verde, los montes. Ahora vivo sola, tengo la casa como me gusta, hago lo que quiero. Tengo hijos, nietos y bisnietos.

Las tormentas hacen bien fuertes los árboles. Cuánto más te golpeás, más fuerte te ponés. Yo creo que el haberme desarraigado de mi casa y siempre añorándola, quedarme huérfana a los 19 años, me fui a vivir al campo, fui maestra rural, en los inviernos llena de sabañones... Yo creo que eso me hace valorar. Cada mañana yo digo ‘gracias Dios’. Por tener mi casa, porque en verano estoy fresca y en invierno tango calefacción y agua caliente.”

Bocha Arancedo es una importantísima historiadora, el trabajo que ella realiza tiene un valor que aún no se ha tomado conciencia. Sus escritos no hablan simplemente de historias de personas, sus escritos construyen un archivo histórico inexistente. Durante tantos años se dedicó y dedica a dejar asentado lo que se dice, lo que fue, lo que se está perdiendo. Hace poco un señor le trajo una escritura de origen de una quinta que compró en 1908 “ Y descubrí un dato que nosotros desde hace cien años desconocemos que Doña Josefa Anchorena de Madariaga, se llama Josefa Emeretiana Anchorena. ¡Increíble! Porque ni siquiera sabíamos de la inicial, nada. De esto hace cien años nada más.”

Así es Bocha, con la mayor de las simplezas, como quien hace su jardín, ella hace su tarea. Tal vez así sea, porque esa es su casa, Madariaga toda. Esa es su familia y por eso, como las fotos en el mueble, las cuenta, las recuerda y las tiene siempre presente, para ella y para aquel que quiera prestar atención.