sábado

Yo antes de ser Yo


TARZAN O GLADIADOR

Revelamos la identidad de nuestro personaje de la sección Yo antes de ser Yo

El muchacho peinadito y con corbata era Juan José Oviedo, autor de seis libros: “No todo lo que reluce es oro” primera y segunda parte, “El alma perdida de Gesell”, “Gesell y la experiencia del filosofar”, “El Acuario” un homenaje a Roberto Gesell, “Villa Gesell: Fiesta, etnia y colectividad”. También es profesor de secundario, de terciario y en la universidad de Mar de Ajó.

Juan José Oviedo llegó a la Villa en mayo 1978 en un colectivo de Antón. Aquí descubrió por primera vez el mar. Él recuerda ese momento de manera muy especial: “recuerdo que bajo la terminal, paso por un médano que había en esos momentos y voy hacia el mar. Primero lo olí, después lo escuché y por último lo vi. Y esa sensación de la primera vez de algo la tengo incorporada, no la he olvidado. Yo por entonces estaba iniciando una relación con una chica. Ella me dijo porqué no vamos a Gesell, es un pueblito muy lindo, está al lado del mar. Y cuando ella me dijo ‘mar’ yo dije vamos”.

¿Qué lugar de Villa Gesell le gusta?

“A mí me gusta la avenida 5 entre la 123 hasta la 130. Ése es el lugar que más me gusta de Gesell, esa avenida. Donde está la plaza hasta la calle que va al EDEM, que serán cuatro, cinco cuadras, ese es el lugar que más me gusta.”

¿Una estación del año?

“El otoño. Porque uno apunta a ejercer su propia introspección. Sale uno del verano y es otra etapa. Es la etapa en la cual uno empieza a meterse hacia adentro; donde uno empieza a pensar cosas, a analizar cosas. El aire cambia, la naturaleza cambia. El otoño es un período de justamente cambio, no de transición, sino de cambio, es otra cosa.”

¿Literatura?

Oviedo confiesa que odia leer. “Yo odio leer, pero tengo que leer. Lo que pasa es que estoy obligado a leer sobre filosofía, odio leer sobre filosofía. El hombre es una contradicción.”

Sin embargo, a la hora de nombrar a un escritor en particular tiene bien definido quién...

“Uno de los autores que más ha influenciado en mí es Krishnamurti . krishnamurti, al menos desde mi punto de vista, tiene la facultad de unir dos elementos que tienen que ver con la sabiduría de oriente, es decir, la propuesta de la sabiduría oriental, pero metodológicamente abordando occidente. ¿Qué significa? Observarse a uno mismo; plantearse que uno puede generar a partir de su propia inteligencia comprenderse; y ganar calidad de vida mediante esa comprensión. Eso es lo que plantea krishnamurti, muy sintéticamente.”

¿Música?

Juan Oviedo no escucha música mientras escribe ya que lo desconcentra. “Necesito estar concentrado. Cuando estoy concentrado en una idea el mundo alrededor desaparece. Es más una molestia a los sentidos.”

“Pink Floyd, Vangelis, en una época Génesis, las superbandas de la época. Pero no me caso con ningún solista ni conjunto, elijo lo que me gusta a mí en términos musicales.”

¿Cine?

“El cine es una maravilla. Lo interesante es que sublimiza la realidad. Nosotros a través del concepto de sublimización rescatamos algo que no rescatamos cuando estamos en la realidad. Por ejemplo la cuestión estética, la cuestión artística de la imagen. Plantea una realidad totalmente distinta y le prestamos atención. Pero cuando estamos en esa realidad que no es la imagen, sino la realidad nuestra, cotidiana, no le prestamos atención. Ese es el valor del cine: sublimizar la realidad. Y a través de esto ver de una manera crítica la realidad.”

Oviedo ha realizado dos cortos documentales: “los sonidos de Gesell” que es una narración mezclando fotos, imagen filmada y sonidos. Y el segundo acompaña su libro “El Acuario”, realizado con fragmentos de la entrevista a Roberto Gesell.

Actualmente está trabajando en el detrás de escena de “La América Aislada” de la cineasta geselina Gwenn Joyaux, trabajo que presentará en UNCIPAR 2008, muestra de Cine Independiente que se realiza en Semana Santa en Gesell.

Él dice que elige las películas según ciertas temáticas y no por director.

“Me ha gustado mucho ‘Estados alterados’, ‘Iluminación’, ‘La guerra y el fuego’, ‘La última ola’, ‘las alas del deseo’, ese tipo de películas.”

¿Cuándo era pequeño qué se imaginaba que iba a ser cuando fuera grande?

“Yo fantaseaba mucho con que iba a ser Tarzán” dice muy serio “Había una película en televisión que era ‘Jean de la selva’ y yo quería ser él. Después veía las películas de gladiadores y yo quería ser el gladiador. Yo quería ser el héroe. Yo quería ser otro del que era, siempre estuve reñido con mi identidad, siempre era otro.

Hasta que un día leo ‘filosofía’. Hay palabras mágicas en la vida de cada uno, como hechos, como canciones, como momentos, como personas. Para la palabra filosofía significaba tantas cosas. Voy al diccionario y era muy pobre de la riqueza que yo había imaginado. Pero siempre me llamó la filosofía y después lo que representaba la filosofía: el mundo del pensar y el mundo de indagar.”

¿En qué le gusta pensar?

“Uno piensa su contexto, su realidad. Siempre yo parto de lo comunitario, de lo local. Confucio dice ‘un viaje de mil kilómetros comienza con el primer paso’. Partamos de pensar, pero pensemos. La pregunta sería qué es pensar. Pensar tiene que ver, al menos tal cuál yo lo ejerzo, con examinar las cosas.

Por ejemplo, nosotros estamos acostumbrados en que en el invierno no hay trabajo porque es invierno. De hecho es un hecho. Pero el problema no es que es un hecho sino que el concepto cultural donde se naturaliza en términos de naturaleza. Porque que no haya trabajo no es porque sea invierno, sino por un concepto llamado estacionalidad. ¿Y qué significa estacionalidad? Que sí o sí estos lugares fueron creados para tres meses.

Pensar significa ver que esto es así. Y que de pronto a uno le dicen que en invierno no hay trabajo porque es natural, es falso. Uno empieza a examinar, examinar que las cosas que a uno le dicen que es verdadero en el fondo no lo son. Y que la verdad dicha por terceros siempre tiene intereses de clases. Uno tan sólo puede contar con su propia cabecita, con su propia mente y permanentemente dilucidar lo que a uno le dicen. Por eso está el pensar, por eso es una herramienta fundamental. ¿Porqué? Porque la realidad está llena de contradicciones. Si vos en las contradicciones no pensás entonces algo pasa con vos.”