sábado

Contratapa


HORMIGAS SONORAS

Supuestamente son siete notas principales y cinco sostenidos (algo así como sonidos intermedios entre algunas de estas notas).

Con ellas, gente que me asombra hace música clásica o folklore o tango o rock and roll; y gente que también me asombra hace cumbia o regetoon.

Increíblemente son las mismas notas. Sólo varía su ubicación, su repetición, cuán largo o corto se toque, sus silencios. Una ligadura (algo así como tocar una o varias notas sin cortarlas, sin separarlas), una ligadura mal ubicada puede cambiar la música.

En mi cuaderno de principiante de violín, arriba a la derecha, antes de cada pequeña partitura se lee una palabra: “flowing” (fluyendo), “Vigorously” (vigorosamente) , “legato”, “great vigorour” (gran vigor ), “Daintily” (delicado), “Brightly” (brillantemente ), “Peacefully (pacificamente ), “Gracefully” (agraciado), “Simply” ( simplemente); entre muchas otras. *

Yo al principio no me percaté de estas palabras. Ya tenía bastante con leer estas hormigas negras o blancas, con o sin patas, que se tocan unidas o separadas, con el arco hacia arriba o hacia abajo, con acertarle a la cuerda y a la ubicación del dedo en la madera para que suene un decente ‘la’. Suficiente guerra batallaba con esto como para que encima me saliera “pacíficamente”.

Como estarán observando cuál es mi perspectiva más de uno dirá que es bastante limitada. ¿Qué puedo saber si a mi me cuesta sacar unos simples sonidos sin que mis vecinos me golpeen la puerta?

Pero, tal vez por esto admiro aún más la música o cierta música.

Cuando uno encara la difícil tarea de aprender un instrumento de grande, existe un equilibrio entre frustración y admiración.

Cuando sacamos la primera partitura, sencilla para cualquier oyente, extraordinaria para nosotros, el profesor da vuelta la hoja y allí hay otro mundo sonoro por descubrir. Antes de dar vuelta la página esa música no existía en nuestra mente y siempre estuvo ahí, esperando.

Por cientos de años se han conservado partituras (hormiguitas para mí) que cual receta misteriosa, al unir los ingredientes, se trasforman en una excelente comida para chuparse los dedos.

Como dije al principio, son tan sólo siete notas, combinadas con tiempos y silencios lo que hace que uno pueda bailar vigorosamente, sonreír, llorar, soñar, suspirar, sin que aún no entendamos muy bien por qué.

El poder de la música hasta el que tenga el oído más duro lo percibe. Será por eso que en muchos períodos de la historia se ha prohibido cantar o tocar un determinado instrumento. En la próxima contratapa les traeré ejemplos de ello.

Saludos, mis queridos lectores!

Ojalá puedan tomarse el tiempo de escuchar atentamente su música preferida y poder llorar, sonreír, suspirar, soñar o bailar desenfrenadamente!

* las traducciones son a ojo y tal vez no sean las exactas o correctas.