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Amasijo de Olores

Aroma, olor, perfume, fragancia, esencia, bálsamo, efluvio. ¿Qué es lo que percibimos en nuestros cuerpos, en nuestras casas, por dónde vamos o caminamos? Aparentemente en la modernidad todo tiene aroma a algo y generalmente a algo ajeno, a un amasijo de olores sintéticos.
Porque sobre nuestros cuerpos nos ponemos el perfume preferido, el antitranspirante o desodorante también con fragancia, la ropa con aroma a suavizante o jabón en polvo (hay a quienes les gusta ese olor particular a laverap). Pero esto no queda allí, también son perfumados los champúes, las cremas, el talco para los pies, el dentífrico, chicles y hasta algunos lápices labiales. Todos ellos con una gama de aromas diferentes, como si a cada uno le correspondiesen sólo un tipo de perfumes permitidos. Las pastas dentales, por ejemplo, van desde el eucalipto al cherry, pasando por el clásico mentol. Uno no puede elegir oler en conjunto; por ejemplo, si a uno le gustara oler a canela o a menta le sería imposible, porque no hay manera de conjugar todos los productos en un aroma coherente, único.
Pero no solo nosotros somos una mezcolanza de aromas, los ambiente donde vivimos, trabajamos o paseamos también nos invaden.
Recordemos el típico olor de los baños públicos, como si todos los encargados de limpiarlos se hubiesen puesto de acuerdo para comprar al por mayor esa fragancia pino, que nada tiene que ver con el aroma de la pinocha húmeda o de la corteza o de su flor o de la piña calentada por el sol.
Desodorante para pisos aroma lavanda, desodorante para ambientes aroma primavera, matamosquitos con aroma jardín, detergente aroma limón, pañuelitos descartables con aroma manzanilla, papel higiénico perfumado, velas con aroma a eucaliptus, sahumerios con olor a sándalo, lustramuebles con aroma a naranja, pastillas para inodoro olor a manzana...
Por otro lado tendríamos que hablar de los nombres de los olores que parecen ridículos. Jabones que dan ganas de comérselos por que son de vainilla, chocolate, naranja o frutilla. En la navidad pasada un desodorante de ambiente sacó su línea con perfume 'navidad' y yo me preguntaba si sería algo así como el olor de los renos o el perfume de Papá Noel.
Si es posible tener la fragancia 'navidad', muy pronto, en cuanto se aviven, podríamos tener a nuestro alcance un desodorante con aroma a Boca, River o a 'día de los enamorados', o por que no, aroma a 'día de la madre' (ya hay una bebé)
¿Se acuerdan de las gomas para borrar con olor a frutilla?
Vivimos en una ciudad que no tiene la polución de las grandes urbes, con jardines con flores y árboles muy diversos que siempre emanan lo suyo, sin embargo no nos alcanza. Nos llenamos de olor para parecer pulcros, aunque tapemos un olor con otro, que, en conjunto, huele peor, se lo aseguro.
No nos alcanza que entre por la ventana el aroma a pasto recién cortado, a las florcitas de algún árbol de tilo, a las rosas arrepolladas. Ya no podemos percibir el aroma de la lluvia o el perfume característico que se produce antes que venga la lluvia. Compramos sahumerios antes de cortar algunas ramitas de lavanda fresca. Ya pocos recuerdan la fragancia en los dedos al frotar la peperina fresca o la salvia o la ruda.
Qué más rico que entrar en una casa que tenga aroma a galletitas recién horneadas, o a pan o a un ramillete de flores frescas. Yo no cambio eso por nada y menos por el desodorante fragancia 'brisas de mar'.
Si no nos saturamos de olores tan artificiales y agresivos, podremos disfrutar del aroma del papel al abrir un libro, de la madera de los muebles, del aroma de la ropa a limpio, o sea sin olor a nada o de la inigualable fragancia de nuestra persona amada en la almohada que quedó solitaria a nuestro lado.