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La Teoría de Silvio en el mundo actual

Economía solidaria

Heloísa Primavera, bióloga, socióloga y economista, visitó por primera vez la Villa y ofreció una charla.

En el marco de “Los Gesell un destino común” que se desarrolló a principios de marzo, se realizaron varias actividades entre las que se destacó la visita de la bióloga, socióloga y economista (entre tanta otras cosas que es) Heloísa Primavera. Era ese día el aniversario del nacimiento de Silvio Gesell, padre del fundador de la ciudad, que hubiese llegado a la longeva edad de 146 años. Pero ustedes se preguntarán que conexión tiene todo esto... El asunto es que esta prestigiosa señora durante su larga vida de trabajos se ha acompañado de las teorías económicas de Silvio Gesell, por las cuales tiene una verdadera pasión.

Como no es la primera vez que hablamos de dicha teoría y para no ser reiterativos, diremos muy, muy por arriba algunas cosas sobre esta. Hay quienes recordarán que Silvio proponía dos cosas básicamente: Libre tierra y libre moneda. La libre tierra, hoy por hoy, se ve en un horizonte indefinido. Sin embargo la libre moneda parece encontrar pequeñas fisuras en el sistema donde lograr funcionar. Tal vez no de la manera estricta que proponía Silvio, pero sí con la misma dirección, como una moneda social, que por sobre todas las cosas circule y no se acumule en la especulación, que no tenga interés.

Así es como Heloísa Primavera dio ejemplos donde funcionan o funcionaron este tipo de modelos, dando a conocer que se trata de una teoría de más de cien años y sin embargo aún con vigencia. Nacida en Brasil, su tonada es una mezcla extraña de lenguas.

“Yo les podría decir que hoy por hoy hay en el mundo por lo menos veinte o treinta linajes que son geselianos aún sin oxidar* la moneda” dice Heloísa.

“En la Argentina, el que quiso hacer una reforma (con todo los dolores que pueda ocacionar, yo sé que se trata de una figura muy polémica) fue Rodríguez Saá. Él creó una moneda llamada el argentino, que era una moneda geseliana. Él duró una semana en el cargo. Los presidente o gobernantes que tocan el tema del dinero, tocan intereses muy fuertes. El lobby banquero es el lobby más fuerte que existe en el planeta. De manera que tocar la manera en que se produce y reproduce el dinero es muy difícil.”

El trueque

Heloísa fue hace diez años una de las impulsora del trueque. Mientras este funcionó, los bonos del trueque se establecieron como una especie de moneda social parecido al concepto de Silvio, pero que no tenía oxidación porque simplemente no era necesario, ésta circulaba con facilidad ya que era una moneda paralela a la oficial (al peso o al dólar).

“Antes de la gran crisis gran” dijo Heloísa “antes del 2001, según una encuestadora internacional había más de diez mil clubes de trueque en nuestro país y más de seis millones de personas reconocían haber usado o estar usando los billetes del trueque para sus intercambios.” Ya existían entonces cuatro proyectos de ley nacional para reglamentar los bonos que se emitían en el trueque. Hubo un proyecto aprobado en la provincia de Buenos Aires llamado ALAS, donde se reglamentaba el poder ayudar a la gente a que se proveyera de bienes y servicios sin dinero y sin empleo. ¿Qué pasó? El grupo de personas que tenía que llevar a cabo esto quería ganar dinero y no solucionar el tema del empleo “empapelaron el país de bonos del trueque, los salían a vender.”

Heloísa tiene una carpeta con bonos de trueque de los lugares del mundo más diversos. “Esa idea que fue de Silvio Gesell existe en todo el mundo. En África hay un grupo llamado S.A.N.E que lo hace sin moneda, sin papel porque muchos se inspiraron en la experiencia argentina para no tener los problemas de la falsificación y de la cantidad de circulación. El sistema ha evolucionado de una manera increíble, pero son las ideas de base de Silvio: una reforma monetaria tiene que sacar el dinero de las manos de quienes hoy lo controlan que se llaman: Estado y Bancos; y ponerlos en las manos del pueblo.”

Txai

Heloísa junto con su grupo de gente crearon varios modelos de trueque. Crearon, por ejemplo, el bono Txai en el Foro Social Mundial en Brasil 2005 para que durara tres días, que era lo que duraba el foro. Txai es una palabra autóctona de una cultura indígena de la amazonia que dignifica ‘compañero, mañana y mitad preciosa de ti en mí, mitad preciosa en mí en ti’. “Era una palabra perfecta, para nombrar algo que une no que desune, que congrega no separa. Tuvimos muchos problemas con los indios para ponerle este nombre a una moneda, con un planteo muy interesante que ellos hacían hacia una cultura que rechazaban. Finalmente lo pudimos usar. Ésta era una moneda con muchos detalles para que no pueda ser falsificable, costaba más falsificarla que usarla. Cada vez que tenemos un evento la usamos, pero sólo para un evento cerrado, con el concepto de ‘yo voy a producir sólo lo que voy a consumir’.” La persona llevaba las cosas que producía, una parte entregaba a lo que sería una especie de ‘banco’ y éste a su vez le daba los bonos por lo que entregaba. Durante esos tres días vendía el resto y compraba lo que necesitara a otros. Una vez terminado de negociar, con los billetes que le sobraban iba al ‘banco’ y tenía dos opciones: o se llevaba lo mismo que había entregado en un principio o se llevaba otra cosa de las que había allí, ya que los demás hacían lo mismo. Los bonos volvían al ‘banco’, se ponía en circulación los bonos durante un tiempo y se recuperan, no se acumulan. “Cada uno se iba a su casa con lo que necesitaba, la cuenta cierra perfecta. Asi funcionaron durante un tiempo los clubes de trueque y funcionaron muy, muy bien.”

En Brasil

Cuando asume Lula, en Brasil, se crea la Secretaría de Economía Solidaria en el Ministerio de Trabajo. Donde, entre las economías solidarias, están incluidos los clubes del trueque. En la mayoría de los Estados hay ferias donde funcionan los bonos de trueque para que la gente se vaya interiorizando.

“Explícitamente en Brasil se dice ¿qué es un organismo de la economía solidaria? Y ellos dicen ‘el ámbito de la economía solidaria comprende el conjunto de actividades económicas de producción, distribución, consumo, ahorro y crédito, organizados y realizados solidariamente por trabajadoras y trabajadores en forma colectiva y autogestionada. Cuatro características son importantes simultáneamente: cooperación, autogestión, viabilidad económica y solidaridad’. Eso lo está haciendo en la Argentina, Enrique Martínez desde el INTI, pero nunca jamás llegará a ser una política económica de Estado. ¿Por qué? Porque por encima de Martínez no hay nadie que entienda que esa es la solución, es cambiar el modelo de desarrollo y no seguir con lo mismo. Yo creo que ese cambio no puede venir de otro lugar que no sea de la población civil organizada, nunca va a venir desde el Estado. Porque todavía en nuestro país la economía solidaria es considerada una economía para pobres. El cambio no puede venir de las clases pobres sino de las clases medias, de los que tengan sus necesidades básicas satisfechas y que por lo tanto puedan salir del espacio de competencia desencarnada.”

Heloísa confía en que se pueda volver a implantar el trueque, pero para eso da algunas pautas que deben cumplirse: “hace falta que el billete no sea falsificado, que la gente se conozca y que haya entre un cinco y un diez por ciento de los integrantes que expliquen para que la gente no tenga la tentación de llevarse los bonos a su casa. Si sabe que los tiene que usar ahí, entendió y realizó el fenómeno que se llama: prosumidores. Actualmente hay unas cien mil personas que practican el trueque en la Argentina.”

La escasez

Por último, queremos resaltar, un tema que también surgió durante la charla: cómo erradicar el egoísmo en la economía, egoísmo que surge del miedo a no tener suficiente. “Bernard Retard dice que la existencia de ese espíritu capitalista adentro de cualquiera de nosotros -de todos, todos lo tenemos ahí-, viene de una comprensión equivocada que se la debemos al señor Adam Smith. Como la economía fue creada como la ciencia de la escasez, no podemos mirarla de otro modo, sólo podemos ver la escasez. El pecado original de la economía es haberse definido no para compartir la riqueza. Porque la gente está totalmente abocada a combatir la pobreza. No. Lo que hay que empezar a ver es que hay riqueza, no pobreza. Riqueza de información, de talento, de capacidad de producir. Cuando compramos de más, eso que parece abundancia es miedo a la escasez.

Nuestra mayor práctica económica fueron los clubes del trueque. En los clubes de trueque solo se ve riqueza. Aunque la gente que no tiene categorías teóricas adecuadas ve: pobreza, restos, mala calidad. Mientras que nosotros veíamos: reciclado, ingenio, capacidad, creatividad.”

Para contrarrestar el paradigma de la escasez con la abundancia Heloísa propone: reciclar, reutilizar, restaurar, hacer trueque directo o indirecto con moneda, promover las economías de pequeña escala, comprar un poco más caro pero en el negocio del barrio productos regionales. “El cambio de paradigma depende de la práctico y no de las clases de las universidades. El trueque solo no alcanza. Pero estas prácticas cotidianas, más el trueque, más los microcréditos ayuda a los pequeños productores a aumentar su producción.” dice Heloísa y sólo resta hacerlo.

La charla, hay que destacar, fue atípicamente acompañada por el público, con participación y pasión de los escuchas. Tanto que, terminada ésta, casi todos se quedaron aún y se siguió hablando en desordenados grupos y con mucha alegría. Ahora solo resta organizarnos y poner en marcha algunas de las ideas que allí surgieron.

* oxidación: Gesell entendía que la pobreza era generada por la no-circulación del dinero, con la especulación del interés. Él proponía por el contrario una moneda oxidable, es decir, que perdiera con el tiempo parte de su valor. Así la acumulación en realidad generaría pérdida y pasado un tiempo el billete perdía parte de su valor y debía ser revaluado a su valor original mediante el pago de un pequeño porcentaje y sellado.

Heloísa trajo de regalo una edición en francés de “El Orden Económico Natural” de Silvio Gesell. Sonja Tomys, hija de Silvio abre sorprendida y contenta el regalo inesperado.