lunes

La habitación del Arte

Por Marcelo Francisco Fanelli *


Preparación

En la unánime y luminosa mañana de otoño, el sol hace un rato que se despegó definitivamente del verde del bosque. Entre el murmullo de los pájaros ocultos se confunden los desplazamientos del anciano que limpia el recinto central de la cabaña. Su vestimenta, simple de algodón, se balancea pendularmente mientras éste asea la sala; luego limpia todas las ventanas para que los cristales filtren la mayor luz posible, también limpia la mesa de trabajo, cada uno de los pinceles, y hasta el último de sus accesorios.
Después se dirige pausadamente hacia el lavabo, asea su persona: limpia su cara, sus oídos, sus ojos, también lava meticulosamente sus manos. Luego se viste con ropa limpia, sencilla y amplia.
Al volver al recinto principal, prende un incienso: lava el pensar, detiene su diálogo interno y con el estado del espítitu anhelando la presencia de un amigo dilecto y amado se dispone a esperar. Espera dentro del rayo de luz filtrada que se proyecta frente a sus ojos, visualiza átomos junto a átomos, moléculas junto a moléculas; por donde mira el anciano, todo está unido, encadenado y es uno solo.
Sus dedos tocan esta punta del cielo que también nos toca; y está tocándolo todo, oliéndolo todo, sinfonía completa del cosmos que pasa por aquí. En este momento el sonido de las patitas de una sutil mariposa al posarse sobre una flor se oye en el lado opuesto de los montes, el aire que desplazan sus alas echa a andar las nubes. No hay misterio más profundo, insondable y asombroso que estar aquí en este momento.
Y ahora el arte se hace presente y el anciano está pintando.-


*Marcelo Fanelli, artista local, nos trae su visión de lo que es la preparación para comenzar a crear, partiendo de una limpieza externa e interna.