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Las Fogatas de San Juan

Un poco de historia

El capítulo primero del Evangelio de San Lucas cuenta la historia de este peculiar santo, que murió decapitado, San Juan Bautista. Zacarías, su padre, era un sacerdote judío que estaba casado con Isabel, con quien no tenía hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día, cuando estaba él de servicio en el Templo, se le apareció el ángel Gabriel y le dijo que su mujer tendría un hijo, el cual sería el precursor del Mesías, y a quien debería poner por nombre Juan. Éste nacería seis meses antes que Jesús, el 24 de junio.

No se sabe mucho de la infancia de San Juan. Se cree que siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios, debido a que el contacto con la naturaleza lo acercaba más a él. Allí se alimentó de miel, langostas, frutas silvestres, raíces, y aquello que la Providencia pusiera a su alcance.

Vivió dedicado a la penitencia y a la oración. Más o menos el año 28 de nuestra era estaba instalado en la ribera del Jordán, predicando y bautizando a los judíos. Llamaba a la gente a convertirse y a arrepentirse de sus pecados. Y fue hasta allá donde llegó Jesús, quien fue bautizado por su primo y reconocido por éste como el Mesías.

Juan Bautista siguió predicando, y criticaba a Herodes por haberse casado con la mujer de su hermano Filipo, Herodías. Ella se divorció de su esposo y se casó con Herodes, ante lo cual Juan fue hasta él y se lo recriminó. Ante esto, Herodes lo mandó a buscar y lo apresó, pero no lo mató, ya que sabía que era un hombre justo y santo, y le protegía. Sin embargo, Herodias lo odiaba a muerte y lo único que quería era quitarlo del medio.

En una fiesta por el cumpleaños de Herodes, bailó para él la hija de Herodias, Salomé. Embobado, Herodes le dijo que le pidiera lo que quisiera. A instancias de su madre, Salomé le pidió la cabeza de Juan Bautista.

Entonces, Juan Bautista fue decapitado y trajeron su cabeza en una bandeja. Juan Bautista fue el primer mártir que murió en defensa de indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio. Esto es muy peculiar, ya que hoy muchos de los que festejan esta fiesta están divorciados, pero eso es otro tema.

San Juan es uno de los pocos santos que se lo festeja con tanta devoción, y esto tal vez se deba a que, al igual que Jesús, fue concebido por la gracia de Dios.

La noche de San Juan

San Agustín hace la observación de que la Iglesia celebra la fiesta de los santos en el día de su muerte. Pero, en el caso de San Juan Bautista, hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre. Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan.

Desde tiempos primitivos, esta ha sido una fecha de fiesta, en que en algunos lugares -sobre todo andinos- se usa armar grandes fogatas, sacar "en andas" la imagen de San Juan Bautista y hacer grandes fiestas en los pueblos.

Madariaga

En Madariaga hace algún tiempo, la noche de San Juan era festejada con gran presencia del pueblo. Quienes recuerdan esa época dicen que se realizaban grandes fogatas en las calles y en los campos. En los lugares donde había mucho monte se las prendía en los cuatro puntos cardinales para que puedan ser vistas desde todas las direcciones a grandes distancias. Quienes veían los fuegos mencionaban las familias que vivían en esos parajes.

María Rosa Arancedo, recuerda en su libro “Vivencias”, cómo era esa noche en los pagos de Madariaga: “En cada fogón, la gente en cuclillas y alrededor, contra el viento, movía el fuego. Todos teníamos un palo en la mano, hacían chistes. En la punta del palo se asaban trocitos de carne o galleta, papas o patatas al rescoldo. Pero lo mejor eran las rositas de maíz que en un tacho de lata, con grasas al fondo, bien sobre los brazoz se cocinaban hasta que reventaban y los granos saltaban como una explosión por todo el entorno. Los chicos juntaban, comían, reían y cantaban ¡Vino San Juan y San Pedro, la cola del chancho negro!...y se repetía y repetía.”

Otra costumbre muy curiosa que se solía hacer en Madariaga en la noche de San Juan, eran las luminarias. Cuando esto se hacía no había iluminación en las calles del pueblo y consistían en luminarias hechas en tarros o mechas que se encendían al anochecer en lugares estratégicos. Quienes hacían esto eran jóvenes, muchachas sobre todo, que eran solteras. Los pretendientes tenían que tomar las luminarias como respuesta a la propuesta. Algunas muchachas no se las hacían fáciles a los pretendientes y éstos tenían que acudir auxiliados de cañas para desenganchar las luminarias subidas en altos postes.

Gesell

Pero eso era antes y en Madariaga. Actualmente, en Villa Gesell, la noche de San Juan tiene sus adeptos. Entre los que realizan una verdadera fiesta con fogatas se encuentran los pertenecientes a la colectividad boliviana y la paraguaya.

Cuestión de fé

Desde el año ’85 la colectividad paraguaya festeja la noche del 23 al 24 (o el fin de semana más próximo), la noche de San Juan con una misa en la Iglesia de Nuestra Señora de Caacupé ubicada en Paseo 139 enter avenidas 14 y 15. Luego, a la noche, en el mismo predio realizan comidas típicas, el juego del palo enjabonado, música y una gran fogata. Para la fogata utilizan más de mil kilos de leña.

Antes de la formación de la Iglesia, los vecinos paraguayos se reunían en el Barrio Industrial y después a través del tiempo se formó la Iglesia y desde entonces se hace allí, con gente de la colectividad y otros que no pertenecen a la colectividad, pero lo festejan allí.

Adolfo Núñez, que hace 42 años que vive en la Villa, nos cuenta cómo es el ritual que ellos particularmente realizan que es pasar caminando por sobre las brasas al rojo vivo de una extensión aproximada de dos metros y quince a veinte centímetros de espesor: “Una vez que esté bien hecha, extendemos las brasas y entonces sí, caminamos por arriba. La pasada por arriba de las brasas durará una hora. Es un rito propio, vos ese día sabés que no te quemás. Yo hice la prueba y no me quemé. Por lo general uno se saca las medias, deja enfriar un poco los pies y pasa por arriba. Todo es cuestión de fé, porque si vos no tenés fé, te quemás antes de entrar nomás. Tenés que hacerlo a paso normal, no pasar corriendo porque entonces sí te quemás.

Por lo general una persona por noche sólo hace una pasada, hay algunos que pasan dos veces. En Paraguay es común pasar hasta en pareja, pero acá no, acá pasarán unas personas y punto. No todos se animan.”

Para el Sr. Núñez es una tradición, aunque ya no sepa él por qué se hacen esos ritos. “Uno muchas veces no predica la profundidad de las cosas: mis padres lo hacían, mis abuelos lo hacían, y yo lo hago, va de generación en generación.”

A la Iglesia de Caacupé asisten esa noche entre 150 y 200 personas, “depende del frío o si llueve” dice Adolfo

Fogata Bailable

Por su parte la colectividad boliviana realiza desde el año ’94 esa noche lo que ellos denominan “Fogata bailable” en el predio de su Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana ubicada en avenida 15 entre 107 y 107 bis.

Se hace un fogón, una fogata grande y se baila.

Dialogamos con Eddy Vargas, quien pertenece a la colectividad desde casi los inicios de su formación aquí en Gesell “Se dice que esa noche Pedro no lo deja salir a Juan en el día de su cumpleaños y le hace un fogoncito. En esa noche el frío era tan fuerte que hace reventar la piedra. Entonces por eso Pedro le hace el fuego.”

La colectividad Boliviana acá no camina sobre las brasas, aunque Eddy sabe que en Bolivia, en Santa Cruz de la Sierra sí lo hacen. “La costumbre de acá es saltar por encima de la fogata. Allá en Bolivia esa noche está permitido realizar fogatas en las calles y los chicos van saltando de fogón en fogón ”.

También nos cuenta Eddy que esa noche, las familias bolivianas en sus propias casas, en sus patios realizan fogoncitos “cada familia se reúnen y hacen un fueguito. Es muy común esa noche pasar por la calle y ver en los patios de las casas estos fuegos que se debe a la noche de San Juan”

Fogatas

Hemos indagado por todos lados, desde los que realizan las fiestas hasta personas de la Iglesia y ninguno pudo aclararnos el por qué de que las fogatas estén presente esa noche. Todo un enigma que nos encantaría que si alguien tiene información nos lo haga saber para darle difusión.

Lo cierto es que esta es una fiesta que, como muchas, se celebra mayormente por tradición, sin saber a ciencia cierta su historia y los por qué de la misma. Sin embargo, la fiesta se celebra año tras año, convoca a muchísimas personas de fé y, como parte de nuestra comunidad nos hacemos eco.