miércoles

Correo de lectopensadores


Halloween 2

Primero que nada: soy humanista, es decir creo que lo más importante somos los seres humanos y nuestra libertad y que lo que no perjudique a los demás somos libres de hacerlo.

Desde allí vengo a tratar de contestar una carta de Juan José L. (si, ese) del correo de lectores del numero anterior que defendió las fiesta populares y la alegría, ¡¿y quién puede estar en contra de eso?! El punto en cuestión es la defensa de Halloween.

Y aquí va mi contradicción: Por un lado estoy de acuerdo con Juan José L. (si, el mismo de antes) que plantea la cosa de forma inteligente: no es coherente hablar de extranjerización en este mundo globalizado sin sentirse un hipócrita, claro. Y sobre lo del diablo y todo eso... estamos en el siglo 21, y eso tiene olor a la naftalina del ropero de mi abuelita!

También me encantan la fiestas populares y la alegría y que los chicos se disfracen...

Pero no me parece tan inteligente aceptar sin más una fiesta que está cargada de tantos signos norteamericanos. La globalización no es tan global, no te creas, en verdad es más una veloz americanización del resto del mundo, es la forma que tienen de trasvasarnos su pequeña cultura materialista imponiendo sus valores: el consumo voraz, individualismo, el dinero por sobre las personas, depredación del medio natural, violencia para solucionar los conflictos, etc.

No es tan inocente aceptar sin más sus costumbres a la hora de comer, de comprar, de vestirnos (y de desvestirnos), de organizar nuestra economía, y también de divertirnos! Porque esas costumbres (que todos conocemos porque las vemos en sus películas y programas de TV), están cargadas de sus significados y de su forma de ver la vida, el mundo, las relaciones. Están cargadas de sus valores.

Y acá es donde alguien pregunta ¿una fiestita tan linda, tan inocente es una cosa tan horrible? ¿no estaremos exagerando? Esa es una buena pregunta: ¿es tan inocente la fiestita?

En algún lugar está bueno pararse a pensar en todo esto y bué, le toco a la calabaza, Mc. Donald ya está trillado.

Gracias al Pensadero por ser tan fiel a su nombre.

Daniel F (no, ese no, el otro)

14/11/2007