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Yo antes de ser yo de septiembre

Nuestro personaje incógnita era Fernando Spiner. Reconocido director y profesor de cine que desde los veinte días de haber nacido conoce a Villa Gesell.

Sus padres vienen a Gesell de veraneo desde 1950. En el año ’70 su padre se ve obligado a salir de Buenos Aires, debido al golpe de Onganía y por estar él ligado al cooperativismo. Así hacen una especie de exilio interno y se vienen a Gesell que era un lugar que ellos adoraban. Fernando Spiner viene también, por ese entonces tenía doce años. Su padre era farmacéutico y su mamá, conocida artista también de la Villa, en ese entonces ejerció como maestra de cerámica.

Él vivió en Gesell entre el ’99 y el 2003 con su esposa y su hija, pero actualmente alquila una casa todo el año aquí. Fernando, sin conocer las preguntas de la sección, contesta puntual, rápido y constantemente se ríe alegre recordando. Habla con las palabras exactas, “como quien dicta un texto que no necesita corrección” diría Caparrós.

¿Un lugar de Villa Gesell?

“Hasta hace algunos años, mi lugar preferido era el pinar del norte. Lo que pasa es que ya no se puede ir ahí en el verano, ya que lamentablemente hay tantos cuatriciclos, motos. Se transformó del mejor al peor lugar. También me gusta mucho el bosque de la casa de Gesell, porque la casa de mis padres está por allí, mi casa también está cerca, es un lugar muy lindo. Si tengo que elegir un lugar me gusta donde yo voy a la playa: 305 y playa.”

¿Entonces va a la playa?

“Yo ya no vivo en Gesell, me hago unas escapadas en el invierno y desde el 15 de diciembre hasta el 28 de febrero yo me instalo en Villa Gesell. Y mi actividad diaria es nadar: hago una nadada a la mañana hasta una boya a trescientos metros y me transformo en una persona veinte años más joven”(se ríe) “En esa playa no hay mucha gente, hay un microclima de poca gente y voy nado todos los días.”

¿una estación del año en la Villa?

“Es el verano porque puedo nadar en el mar. O nado esté como esté el clima, si hay sudestada camino dos kilómetros y después me dejo traer nadando, salvo que haya tormenta eléctrica. Por eso me gusta el verano, después me gusta en agosto cuando con las acacias se pone todo amarillo”.

¿Un libro?

Fernando lee en su mayoría novelas y cuentos. “Leo de todo, si tengo que elegir una novela sería ‘Luz de agosto’ de William Faulkner, de hecho es uno de mis autores favoritos. Después leo mucho, argentinos, leo mucho.”

¿Música?

“Me gusta mucho la música clásica, el jazz y el rock and roll argentino de los setenta, de lo cual lo preferido es Spinetta y Charly. Que de hecho con Spinetta filmé un corto acá en Gesell, en el ‘87 que se llamaba “Balada para un kasier carabela”. Junté Gesell y Spinetta.”

¿Cine?

“Me gustan los clásicos. Pero si tuviera que elegir a uno te diría Fellini, al que tuve la oportunidad de conocer y trabajar. Después me gusta Buñuel...hay algunas películas más que autores, como autor te diría Fellini, porque él tiene muchas películas que me gustan. De hecho Fellini hizo una película, en su pueblo natal, que se llama ‘Los inútiles’ que es de un grupo de amigos que en invierno que no hacen nada; que el dilema de esa película es el de Gesell. Cuando la vi me hizo recordar a mi adolescencia, donde estábamos acá totalmente aislados.”

¿Qué quería ser cuando era pequeño?

“Mi primera inclinación era ser maestro de escuela primaria. Después como empecé a hacer voley, que lo hacía en la playa, conocí a gente que jugaba profesionalmente. Cuando me fui a Buenos Aires seguí jugando y estudié Educación Física, de hecho soy profesor. Fui también entrenador de voley. Cuando me fui a vivir a Italia, años después, hubo casi ocho meses hasta que di el examen de ingreso a la Escuela de Cine que era muy difícil -de cuatrocientos entraban veinte- todo ese período viví trabajando como entrenador de voley en las afueras de Roma. También dentro de mi actividad también fui docente de dirección en la Nacional de Cine. Siempre me gustó la enseñanza, aunque ahora dejé; ahora empecé a tomar clases.”

¿Algún objeto preciado?

“Tengo varios, pero una cosa que siempre tengo es una piedra de mar, un caracol. Poquito, trato de no sacar mucho, pero en las caminatas levanto un caracol y me lo llevo. O piedras de los lugares, de Salta, o en la Rioja del último documental, también tomé una piedra. Son energéticas. Las guardo, guardo muchas cosas, las atesoro. Cada tanto tengo que hacer una limpieza, guardo muchas cosas: por ejemplo en el año ’79 tuve una escuela de natación, en 111 y playa había una histórica pileta y puse una escuela de natación. Guardo el póster de publicidad. Por ejemplo cuando yo tenía trece años, mi primer trabajo fue como fotógrafo para el comercio ‘la almeja miope’. Yo salía a la playa, sacaba la foto y le daba la tarjeta del local que en ese momento estaba sobre la 107. La publicidad era mi imagen con un montón de cámaras colgadas y unos anteojitos y unas florcitas y una cámara viejísima sobre un trípode, con un cartel atrás que decía la almeja miope. Guardo esa foto.”

¿Qué le agregaría y quitaría a Gesell?

“Ya que vamos a fantasear voy a ser extremo: prohibiría los cuatriciclo y las motocross. No las dejaría entrar a Villa Gesell, que no circulen, porque producen constantes accidentes, son un peligro, generan polución auditiva y cuando uno está con chicos no puede estar tranquilo porque pasan como locos y además lo manejan chicos de quince años.

Revalorizaría los médanos del norte como lugar único en el mundo, te diría. Para que la gente vaya a caminar o a caballo.

Gesell ha crecido muy anárquicamente como ciudad. Para mí lo lindo de Gesell es el barrio norte; porque tiene la característica de haber cuidado la geografía y a su vez no es como Cariló, con casas ostentosas, es un lugar simple, lindo. Yo haría todo como Barrio Norte, lo que pasa es que eso ya seria demoler, entonces no propondría demoler. Pero sí regularizaría mucho más, tendría mucho más en cuenta el aspecto estético. Pero es un problema de todo el mundo: se ha establecido en la sociedad como valor tan indiscutible ganar dinero, que es muy difícil levantar otros tipos de banderas. Pero lamentablemente el dinero no le da sentido a la vida, claro que yo tengo una posición económica que me permite decir esto. Pero estoy seguro que como valor no puede ser el valor que prime. Tendría que ser la moral o la ética de una sociedad, independientemente del partido político que gobierne. Pero lamentablemente no lo es.”

¿En que le gusta pensar?

“Yo pienso todo en películas. Tengo escrito seis guiones de películas y tengo uno que transcurre acá en Gesell, que está basado en una novela de Aníbal Zaldíbar. Estoy todo el tiempo con proyectos. Guiones, historias. Me gusta pensar mucho en eso, elucubrando historias, muchas veces me baso en vivencias propias o en cosas que veo. A veces leo el diario en una noticia veo un potencial.”

En cualquier momento tendremos a Fernando Spiner filmando acá. “Me gusta filmar en Gesell, principalmente porque lo conozco mucho, sé los lugares que me gustan. Y por otro lado aprovecho para filmar con un amigo, que es otro de los grandes valores que yo tengo, a partir de una amistad armo una cuestión para estar con ese amigo.”