sábado

Festejo doble - Madariaga

La ciudad vecina festejó la Fiesta del Gaucho junto con el festejo por el centenario de la ciudad.

En diciembre Madariaga se revolucionó con los festejos que coincidieron con su aniversario número cien desde su fundación y la ya tradicional Fiesta del Gaucho. Los actos se mezclaron y fundieron en uno y a la vez numerosos actos. Estuvieron las cien guitarras tocando al unísono, las actuaciones de Adriana Varela, Argentino Luna y el Chaqueño Palavecino. Un nuevo monumento corona a la ciudad como un arco de triunfo, donde las escenas de la formaci[on y la vida actual de Madariaga se plasman en sobrerrelieve.
El Desfile
Gran esplendor se llevó el desfile donde estuvo lo más representante de la ciudad. Los bomberos en la popa abriendo el camino con la primera unidad que hubo en la ciudad. Detrás la flor del pago y sus buenas mozas. No faltaron las escuelas con sus alumnos y directivos, vehículos antiquísimos perfectamente cuidados.
El caparazón del gliptodonte también fue partícipe de la mano de la Asociación Amigos del Fósil. Los integrantes del Teatro Municipal desfilaron cada uno con un cartel donde estaba escrita una década del pasado siglo y se disfrazaron de su vestimenta típica, por lo que desde los vestidos largos a la hippie de los '70 todos fueron aplaudidos. Algunas colectividades que están en las raíces de muchos de los pobladores de Madariaga también se hicieron ver...
No sólo los vecinos se congregaron con el mate a la vereda para ver pasar, también un gaucho y su china de tela presenciaron todo el desfile pegados a la reja.
El día de la doma trajo el olor del asado y los puestos mostraron toda la artesanía desde alpargatas a estribos, ponchos, fajas y cuchillos. El viento soplando pero un sol espléndido para unas lindas jornadas de doble festejo.
------------------------

La doma
"SE SIENTE DESDE CHICO”

Ver domar es asombrarse nuevamente del paisano nuestro. Al caballo sin domar se lo trae hasta el predio cercado donde hay tres postes, uno para cada domador que sale a su turno. Se le ponen las riendas en el momento, sin montura, a veces se le vendan los ojos. Cuando no está para el lado correcto que tiene que correr, se lo empuja, pero es terco y bravo, por lo que otro jinete con el cuerpo del mismo caballo mueve al apresado. Resopla, se enoja, revolea la cola y las orejas. De pronto siente el peso del cuerpo del jinete encima y se enfurece. La campana suena, se desliza la venda de sus ojos, la única soga que lo ata al palo se desata y corre. Corre corcoveando, erizado su cuerpo se enrosca y salta. El jinete le pega con el rebenque, sus espuelas lo provocan. El caballo insiste y se eleva. A veces el hombre se cae y corre peligro en el suelo, a veces el hombre resiste inclinándose para atrás. La campana suena nuevamente y el jinete es rescatado por otros dos que corren a su lado, que hábiles lo elevan en el aire y lo depositan en el suelo. La gente aplaude fervorosamente desde las tribunas.
Le preguntamos a Daniel Stu algunas cosas sobre lo que vemos. Buena doma ha hecho, recién salido del campo de batalla y con todo tranquilidad nos responde...

¿Cómo es domar? ¿Se entrena?
"Es algo que se siente desde chico. Yo hace treinta años que ando montando, medio que pasé de moda.(se ríe) No entrenamos, lo hacemos todos los domingos. Es algo natural.."
¿Se eligen los caballos?
"Son caballos que no se han domado, difícil de amansar. En este momento se hace mucho a caballo elegido, en la época que yo empecé no, era todo por sorteo. Hoy montamos con caballo elegido"
¿Vestimenta?
"La natural del argentino. Todos montamos con espuelas. Estas que tengo son espuelas palacrinas, son un poquito más largas que las de pihuelo corto, que se usan con grupa y basto."
¿Veo que se mojan las entrepiernas, es para agarrarse más al caballo?
"Costumbre de los chicos. Yo en el caso mío nunca lo hice y me dio resultado".

El guerrero ya en el suelo, vencedor, camina despacio para lucirse. Afuera nuevamente los otros jinetes lo palmean y lentamente, agitado aún, se saca las espuelas.